Por Flavio Borquez Tarff

Más de 48.800 jóvenes, menores de 30 años, han pasado durante los últimos cuatro años por las iniciativas de empleo juvenil de Cruz Roja que se enmarcan en el Programa Operativo de Empleo Juvenil (POEJ), cofinanciado por el Fondo Social Europeo a través del Ministerio de Trabajo Economía Social. Desde el año 2016, Cruz Roja ha puesto en marcha distintos proyectos de inserción sociolaboral para jóvenes más alejados del mercado trabajo beneficiarios de Garantía Juvenil que han supuesto un cambio en la vida de 66.000 personas.

Así lo han presentado esta en el día de ayer durante el evento de presentación de resultados que la Organización ha organizado, y donde se ha realizado un coloquio sobre brechas de acceso al mercado laboral para personas jóvenes, y realizado entrevistas cruzadas entre jóvenes y empresas, o se ha hablado sobre cómo idear el futuro en favor del empleo juvenil, entre otros.

En este mismo evento, Cruz Roja ha señalado que, de las personas atendidas en estos últimos cuatro años, el 54% han sido mujeres, y un 44% han conseguido un empleo, lo que se traduce en una inserción laboral de más de 21.600 personas, a las que habría que sumar la cualificación profesional para el empleo de 15.500 como principales resultados.

Los proyectos se dirigen a jóvenes en desempleo o inactivos, prioritariamente con bajos niveles educativos, escasa o nula experiencia laboral, por lo que necesitan mejorar sus competencias personales y profesionales. Cruz Roja trabaja con propuestas para que cada generación tenga la oportunidad de escribir su propia historia, e idear el futuro profesional de las personas jóvenes mejorando su presente; para ello, refuerza sus capacidades y experiencia en entornos productivos de trabajo, asegurando un desarrollo personal y profesional, y un acompañamiento individualizado en el que cuenten con herramientas para iniciar su camino al empleo, utiliza para ello,  metodologías ágiles de aprendizaje, gamificación en las actividades de orientación o herramientas como la realidad virtual que fomentan las experiencias inmersivas y les permiten recrear su futuro laboral, además de hacerlo más atractivo e interesante.

En POEJ además de administraciones de ámbito estatal y regional, participan entidades del tercer sector social como Cruz Roja, Fundación ONCE, y Fundación Secretariado Gitano.

Por Flavio Borquez Tarff

Dos proyectos

El proyecto Pulsa Empleo de Activación, Orientación y Acompañamiento a la Inserción para Jóvenes de Garantía Juvenil, ha incidido en la activación de personas jóvenes no ocupadas y no integradas en los sistemas de educación o formación, haciendo que descubran intereses y capacidades profesionales que les motiven a iniciar o continuar su camino al empleo, educación o formación. Cuando Cruz Roja inició el proyecto, el reto era mejorar el empleo de más de 18.000 jóvenes de entre 16 y 30 años a través de la motivación y activación, la orientación, y el asesoramiento y acompañamiento en la búsqueda de empleo. De los 28.480 participantes finales de este periodo (54% mujeres, 46% hombres), han obtenido un puesto de trabajo 14.043 (51% mujeres).

Por otro lado, el proyecto Segundas Oportunidades para la formación y el aprendizaje incide en mejorar la empleabilidad, apoyando a que los y las jóvenes retomen sus estudios, o se aprendan un oficio, poniendo en práctica su aprendizaje en entornos reales de trabajo. En esta acción, Cruz roja estudia ocupaciones emergentes con alta empleabilidad donde el aprendizaje práctico es el protagonista y actúa de pasarela para acceder a un empleo. Este año, el foco se ha puesto en ocupaciones digitales y tecnológica y ocupaciones relacionadas con el empleo verde, sin olvidar a otras relacionadas con el sector de la hostelería y comercio con alta demanda de ocupación.

El acompañamiento que realizan los equipos de trabajo de Cruz Roja a cada una de las personas participantes les plantea objetivos concretos, como descubrir sus intereses y capacidades, tomar decisiones de formación o la planificación de la búsqueda de empleo. Este acompañamiento personalizado, vincula a los jóvenes con la organización y con el grupo de iguales, siendo este último un motor de activación y mejora muy importante para ellos y ellas.
Más de 15.500 jóvenes se han cualificado (54% mujeres, 46% hombres), y 7.561 consiguieron un empleo (51% mujeres).

Las empresas también han sido una alianza clave en la generación de oportunidades: en esta etapa han participado más de 6.700 empresas de diversas tipologías, tamaños y sectores productivos; han colaborado en el diseño e impartición de talleres competenciales, en entrenamiento de procesos de selección, en facilitar prácticas no laborales y en dar oportunidades laborales donde poner en valor su talento.

Contexto

El desempleo juvenil subió en la Unión Europea en 2022 desde el 14,8% hasta el 15,1%, lo que supone un incremento de 180.000 nuevos jóvenes desempleados, de los que 68.000 (un 38%) son españoles. Esto supone que cuatro de cada diez nuevos jóvenes parados en la UE perdieron su empleo el año pasado en España. España sigue siendo el país de la UE con mayor tasa de paro: nuestro país no sólo es el que tiene la tasa de paro juvenil más alta del continente.

El paro juvenil en la UE y en España estuvo bajando hasta marzo de 2020, mes en que la irrupción de la pandemia truncó el buen comportamiento del mercado laboral y provocó un repunte en el desempleo de los jóvenes que se fue agravando hasta agosto de 2020. En ese mes, el porcentaje de jóvenes sin empleo ascendía en la UE al 19,4% y al 41,6% en España.

Desde entonces, la recuperación de la economía a medida que se superaba la pandemia permitió que el desempleo juvenil iniciara una senda descendente, especialmente desde abril de 2021. Sin embargo, un año después, los primeros signos de ralentización económica tras el estallido del conflicto armado en Ucrania y el azote de la inflación en las empresas truncaron esta tendencia y el paro juvenil empezó a subir de nuevo.

Por Flavio Borquez Tarff

Desde mayo, el desempleo juvenil ha subido 1 punto en el continente, del 14,1% al 15,1%, lo que se traduce en que 236.000 jóvenes han perdido su empleo; mientras que en España la tasa ha pasado del 27,6% en mayo al 32,3% en noviembre, 76.000 jóvenes parados más. Además, uno en los que más ha empeorado en 2022, subiendo a un 40% es la tasa de desempleo para jóvenes con niveles educativos bajos.

A este factor hay que sumar la baja calidad del empleo, que afecte especialmente a mujeres y jóvenes y éstos según avanza su edad corren mayor riesgo de quedarse atrapados en ese “suelo pegajoso de precariedad”.

Los retos a los que se enfrenta la juventud en España son estructurales: desempleo y precariedad laboral. Las causas son múltiples y complejas, donde destacan la dualidad del mercado de trabajo (con muy altas tasas de temporalidad), dependencia de determinados sectores económicos (hostelería, construcción, etc.) y bajo o inadecuado nivel formativo. Las iniciativas de Cruz Roja inciden en que los jóvenes y las jóvenes puedan superar estas problemáticas a través de una serie de propuestas específicas.

A día de hoy, el empleo decente, el que permite una vida digna y lograr la emancipación y transición a la vida adulta, es una misión inalcanzable para muchas personas jóvenes. A esta situación hay que sumar la cantidad de brechas a las que se enfrentan por el mero hecho de ser jóvenes: falta de experiencia laboral, formación desajustada a la realidad laboral, discriminación por edad, estereotipos vinculados a la juventud, etc.

Por Flavio Borquez Tarff