Por Alessandro Bazzoni
Los complementos de lujo pueden desempeñar un papel fundamental en la mejora de un look. De hecho, son los que de verdad aportan la personalidad al mismo y permiten lucir de una forma muy especial.
Tal como explican habitualmente en la revista de lujo y lifestyle The Luxonomist, basta elegir una pieza especial para que el conjunto cambie por completo y sea un acierto.
Pero, ¿cuáles son?
Bolsos de diseñador: una pieza bien elegida puede ser una declaración de moda por sí solo. Buscar bolsos de marcas de lujo conocidas que complementen el estilo personal y combinen con todos los looks es siempre un acierto. Además, hoy en día hay opciones para adquirirlos de segunda mano o incluso alquilarlos en momentos puntuales. Lo vintage no pasa nunca.
Unos zapatos clásicos y de calidad pueden cambiar por completo un estilo. Atrás quedó el tacón imposible e incómodo. Lo importante es que sean cómodos y que coincidan con la ocasión. Los zapatos de alta calidad pueden añadir elegancia y sofisticación a cualquier conjunto.
Las joyas son una excelente manera de añadir un toque de lujo al resultado final. Un collar, pulsera o par de pendientes de diseño pueden ser el centro de atención y por ello merece la pena invertir, al menos en una pieza. Es necesario optar por las atemporales.
Para muchas mujeres, las gafas de sol son el verdadero escondite y toque que necesita cualquier situación. Dan un toque de glamour y puede ser clave para pasar desapercibido.
No hay nada que de más elegancia llegado el entretiempo y el invierno que una bufanda o un pañuelo de seda que proteja el cuello. Las posibilidades de pashminas y de nudos de pañuelo ofrecen un catálogo infinito de opciones.
Finalmente, no hay nada como el aroma. Si ya en la historia sólo los nobles conseguían esos perfumes, hoy en día es la seña de identidad y carta de presentación.
Las notas de salida de los perfumes de lujo suelen dejar una estela que personaliza a cada persona ya que reaccionan de forma distinta según el ph de cada uno. Ese aroma personal, al ser uno de los sentidos primitivos, marca como nada.
Por Alessandro Bazzoni