Por Flavio Borquez Tarff

La enfermedad hepática crónica aparece cuando el hígado ha sufrido daños durante largos periodos de tiempo, lo que da lugar a tejido cicatricial que limita la capacidad del hígado para funcionar y autorrepararse. Esta afección es la quinta causa de muerte en Europa y actualmente la enfermedad hepática crónica avanzada solo puede tratarse con el trasplante hepático.

 

En el marco de las Jornadas del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML), que se celebran en formato virtual del 28 al 31 de marzo, tiene lugar el curso El laboratorio clínico en la enfermedad hepática crónica’ con el objetivo de actualizar las nuevas estrategias diagnósticas en la identificación de tumores hepáticos y en el diagnóstico de la enfermedad de hígado graso asociada con disfunción metabólica.

Por Flavio Borquez Tarff

Asimismo, a través de esta sesión, según señalan sus coordinadores, los doctores miembros de la Comisión de Valoración Bioquímica de la Enfermedad Hepática de la SEQCML, Manuel Morales-Ruiz, del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular-Hospital Clínic de Barcelona; y Armando R. Guerra-Ruiz, del Servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, “esperamos estimular la colaboración entre hepatólogos, profesionales del laboratorio clínico y sociedades científicas de ambos ámbitos. Creemos que esta es la vía para que los profesionales relacionados con la enfermedad hepática se familiaricen con ambas áreas de conocimiento y esta colaboración se traduzca en una mejora en la atención y el manejo del paciente”.

Muchos de los análisis sanguíneos que se realizan a los pacientes durante su atención clínica presentan alteraciones en las pruebas hepáticas. En este contexto, los profesionales del laboratorio precisan una comprensión actualizada de la fisiopatología hepática para mejorar la interpretación de los resultados, en conjunción con los hepatólogos.  Ya que, como asevera el Dr. Manuel Morales-Ruiz, “estas alteraciones pueden indicar el inicio de enfermedades hepáticas subclínicas, algunas de las cuales tienen una gran prevalencia”.

Sin embargo, existe una serie de factores a tener en cuenta. Para empezar, los doctores Morales-Ruiz y Guerra-Ruiz señalan que las pruebas de valoración del perfil hepático disponibles actualmente, aunque tienen utilidad probada, también presentan desventajas. Entre estas, señalan su baja sensibilidad y su falta de especificidad, ya que sus valores pueden estar elevados en patología no-hepática. Según indica el Dr. Guerra-Ruiz, “estas pruebas, a su vez, están sometidas a variaciones intra- e interindividuales, preanalíticas y analíticas que podrían modificar su valor diagnóstico y que requieren una interpretación adicional acorde con la experiencia del profesional del laboratorio”.

Por Flavio Borquez Tarff

Colaboración entre hepatólogos y profesionales del laboratorio clínico

En la última década ha habido un gran avance en el desarrollo de nuevos biomarcadores de lesión hepática basados en estrategias del estudio ómico y biopsia líquida. De acuerdo con los especialistas, este rápido avance requiere también un “esfuerzo de actualización y de formación de profesionales que puedan familiarizarse con las nuevas metodologías”. Así, todos estos aspectos exigen la colaboración estrecha entre hepatólogos y profesionales del laboratorio clínico,” que ha de resultar en una mejora del diagnóstico y pronóstico de estos pacientes, entre los cuales hay una elevada proporción de población asintomática”, precisan los especialistas.

En cuanto a los tipos de tumores hepáticos, el carcinoma hepatocelular (CHC) representa el 90% de los casos totales. Tal y como afirma el Dr. Morales-Ruiz, el diagnóstico del CHC es “satisfactorio” cuando los niveles séricos de alfafetoproteína (AFP) están significativamente aumentados y el diagnóstico por imagen es también claro. “El reto al que nos enfrentamos los hepatólogos y los especialistas del laboratorio clínico es el diagnóstico precoz y la mejora del diagnóstico del CHC negativo para AFP, que representa prácticamente la mitad de los casos”, indica el especialista.

Según apunta, en esta tipología de tumor, el diagnóstico por imagen no es la solución en muchos casos, a pesar de su elevada sensibilidad situada sobre el 90%. “Ya que la mayoría de estos tumores son pequeños para la sensibilidad disponible, no suelen presentar las características de imagen típicas y su implementación en cribado o en diagnóstico de primera línea es compleja”, indica. Más allá del CHC, el Dr. Morales-Ruiz destaca que el colangiocarcinoma (otro tipo de tumor hepático) “tiene un grave pronóstico y, de la misma forma que en el CHC, necesitamos urgentemente marcadores precoces”.

Por Flavio Borquez Tarff

El hígado graso y la disfunción metabólica

La enfermedad de hígado graso o esteatosis hepática se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado. Esta afección engloba un amplio espectro de lesiones hepáticas cuyo denominador común es la acumulación de grasa en el hígado (esteatosis), pero que van desde la esteatosis simple sin lesiones necroinflamatorias significativas, hasta un patrón activo, complejo, denominado esteatohepatitis, que incluye lesiones activas de daño hepatocelular, inflamación y apoptosis.

Diversos estudios han estimado la prevalencia en nuestro país en un 21-25% de la población general. De acuerdo con el Dr. Guerra-Ruiz, “los laboratorios clínicos de nuestros hospitales tienen una oportunidad única para contribuir al diagnóstico, estadiaje y control de la enfermedad hepática de mayor prevalencia actualmente, la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica”.

La detección precoz de esta afección es clave, dado que, como asevera el Dr. Guerra-Ruiz, se trata de una enfermedad silente, es decir, no muestra signos o síntomas evidentes durante un largo periodo de tiempo inicial. “Cuando la fibrosis o la cirrosis se han implantado el diagnóstico clínico es más probable, pero para entonces el pronóstico del paciente es mucho más desfavorable”, precisa el especialista.

Ambos expertos apuntan que ninguna magnitud analítica aislada es fiable para el diagnóstico de esta patología. “Sin embargo, hemos desarrollado con el tiempo unos índices o puntuaciones que combinan varias de estas magnitudes con variables clínicas y epidemiológicas de estos pacientes (edad, presencia de diabetes, etc.) y que están demostrando ser muy útiles en la detección de esteatohepatitis o de fibrosis hepática”. Según afirman los Drs. Morales-Ruiz y Guerra-Ruiz, estos índices, en combinación con otros métodos no invasivos como la ecografía, la elastografía y los marcadores directos de fibrosis, “nos van a permitir detectar y evaluar la enfermedad del hígado graso para incidir de forma más eficiente en la prevención y el tratamiento de estos pacientes”.

Por Flavio Borquez Tarff

Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML)

La Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) —fundada en 1976— es miembro activo de las federaciones internacional y europea de Laboratorio Clínico IFCC y EFLM. Engloba actualmente a casi 3.000 profesionales y tiene como objetivo principal agrupar a todos los científicos interesados en el campo del Laboratorio Clínico, promover la difusión de las publicaciones científicas y técnicas, organizar reuniones, cursos y congresos de carácter nacional e internacional y cooperar con otras Sociedades Científicas. Asimismo, la Sociedad quiere contribuir a estudiar y recomendar métodos normalizados y establecer directrices y recomendaciones para la formación en el campo de la Medicina de Laboratorio. Para más información: www.seqc.es