El sistema inmunológico es la defensa con la que cuenta el organismo ante enfermedades ocasionadas por agentes infecciosos por lo que es importante mantenerlo fuerte. Para esto, es clave el ejercicio, el sueño reparador, cuidar la alimentación y mantener a raya el estrés, según señalan los especialistas en salud y bienestar integral.
“La actividad física moderada, descansar bien durante la noche, evitar el estrés porque baja nuestras defensas, minimizar la ingesta de azúcar, de comidas procesadas o rápidas con grasas trans, aumentar o procurar el consumo diario de frutas y verduras son hábitos que ayudan a fortalecer el sistema inmune”, asegura Cemir Palacios, personal trainers de Gold’s Gym.
En lo que respecta a la alimentación, Palacios explica que hay alimentos que aumentan la respuesta inmune del cuerpo como la zanahoria y la lechosa, que tienen betacaroteno y vitamina A; otros contienen vitamina C entre ellos la naranja, la mandarina, la fresa, el brócoli y el kiwi. El zinc que se encuentra en semillas de calabaza, por ejemplo, también cumple este propósito.
También destacan las hierbas y especies como el ajo, la cebolla, el orégano y la cúrcuma que son reconocidas por sus propiedades naturales que fortalecen las defensas del organismo.
Ejercicio y el sistema inmune
“Cuando hablamos de actividad física esto influye de diversas formas en el sistema inmunológico. Primero, cuando nos ejercitamos los anticuerpos y los glóbulos blancos circulan más rápido por nuestro torrente sanguíneo por lo que la respuesta ante enfermedades es mejor. Segundo, las hormonas del estrés se liberan más lentamente cuando nos entrenamos y esto ayuda a reducir la posibilidad de enfermedades”, señala la personal trainers de la cadena de salud y bienestar integral Gold’s Gym.
Palacios menciona también que hay una relación entre el ejercicio y la reducción de la presencia de bacterias en los pulmones, así como en el retraso del crecimiento de agentes bacterianos en todo el organismo.
La experta señala que la hidratación y la respiración son factores que no se deben descuidar durante la actividad física para así obtener todos estos beneficios sobre el sistema inmune.
“Es importante hidratarse antes, durante y después del ejercicio, puede ser agua o una bebida deportiva con electrolitos. Previamente al entrenamiento se requiere al menos medio litro de agua y durante este se puede tomar como referencia el consumo de 200 mililitros de líquido por cada 20 minutos de actividad física. Luego de hacer la rutina también es necesaria la hidratación para reponer lo perdido”, señala Palacios.
La respiración debe ser lenta y consciente y cuando se está entrenando se aconseja inhalar por la nariz y exhalar por la boca, explica la personal trainers.
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