El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado en la primera sesión plenaria de intervenciones de jefes de Estado y de Gobierno de la 26º edición de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26).
El presidente Sánchez ha intervenido en primer lugar durante el segmento dedicado a las exposiciones de los líderes nacionales, como gesto de reconocimiento al liderazgo de España en materia de cambio climático, plasmado en la aprobación de una Ley de Cambio Climático y Transición Energética; la decisión de destinar casi 30.000 millones de euros del Plan de Recuperación a la transición ecológica o la organización que España hizo de la COP25 en Madrid, tras la renuncia de Chile, en un momento muy difícil en la lucha contra la alarma climática.
Pedro Sánchez ha recordado que, desde esa última Conferencia celebrada en la capital de España, en 2019, «la certeza sobre los catastróficos riesgos» de la emergencia climática es cada vez mayor. «Las tormentas de nieve en España o Texas, los incendios forestales en Grecia, Australia y California, el huracán ‘Ida’ en Estados Unidos o las inundaciones en Alemania o China son prueba del ‘código rojo’ certificado por los científicos en el que nos encontramos».
Mayor ambición climática
Ante esa evidencia científica, el presidente del Gobierno ha pedido «mayor ambición» en los objetivos de lucha contra el cambio climático y «respaldar» esos objetivos con recursos económicos, para que la sociedad perciba la transición ecológica «no como una amenaza, sino como un gran motor de crecimiento económico inclusivo».
El cumplimiento del objetivo de financiar anualmente con 100.000 millones de dólares a los países más pobres para que también ellos puedan sumarse a la transición energética es una de las «pruebas de fuego de la COP26» a la hora de «recuperar la confianza entre los países del norte y del sur. España hará su parte», ha asegurado el presidente del Gobierno
En coherencia con ese objetivo, Sánchez ha anunciado que España aumentará la financiación climática para llegar a 2025 con un incremento del 50% del compromiso actual. «Nuestro objetivo es alcanzar los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025» en ayudas económicas a países menos desarrollados, para que estos puedan afrontar una transición energética sostenible y justa, ha dicho el Presidente.
A ese compromiso, España añadirá también la donación del 20% de sus nuevos Derechos Especiales de Giro (DEG) a países vulnerables: un mínimo de 350 millones al Fondo para la Reducción de la Pobreza del FMI y el resto al nuevo Fondo para la Resiliencia y la Sostenibilidad, una vez se haya creado.
Esta acción exterior se verá reforzada con la ya anunciada aportación de España de 30 millones de euros al Fondo de Adaptación de Naciones Unidas, en 2022. Recursos todos que ayudarán a las economías menos avanzadas a «invertir en las tecnologías que nos conducirán a un futuro más verde y sostenible», ha subrayado el presidente español.
Durante su intervención, Pedro Sánchez ha recalcado igualmente la necesidad de mayor determinación política y acción inmediata, para poner en marcha un nuevo orden internacional que reconozca el papel de todos los agentes – gobiernos, ciudadanía, empresas y sector financiero- como actores imprescindibles del cambio. Que asuma que «esta década es clave» y que logre «alinear la ambición a corto plazo con una mirada de largo alcance», reduciendo las emisiones generadoras del efecto invernadero y manteniendo al alcance el objetivo respaldado por el G20 de 1,5ºC de temperatura media en el planeta.
Para ello, Sánchez ha reclamado el abandono de los combustibles fósiles, la protección de la biodiversidad y la preservación de los océanos y la Antártida, con una apuesta por las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad limpia, la conservación y restauración de nuestros ecosistemas y la rehabilitación urbana.
Por tal motivo, el presidente español ha destacado que en España se ha reducido la generación eléctrica de carbón en un 90% en los últimos cuatro años, alineando las inversiones públicas y privadas con el objetivo de la neutralidad climática, haciéndolo, además, «con diálogo y cohesión social», imprescindibles para Pedro Sánchez, porque «la transición deberá ser justa o no será».
El presidente del Gobierno ha llamado también a trabajar de manera conjunta y coordinada, para que la COP26 suponga un punto de inflexión que impulse un verdadero cambio de rumbo en el planeta a través de una acción solidaria y urgente. Una acción «que cierre las brechas de desigualdad y permita percibir los beneficios de la acción climática y del cambio de modelo», sumando a todos los agentes públicos y privados en la creación de marcos adecuados para las políticas de adaptación, de manera singular en países especialmente vulnerables a fenómenos extremos, como es el caso de España.