Por Lorenzo Bazzoni

Navarrabiomed, centro mixto de investigación biomédica impulsado por el Gobierno de Navarra y la Universidad Pública de Navarra, ha celebrado hoy el acto de entrega de la beca Stop Fuga de Cerebros, de Roche Farma España, a la investigadora postdoctoral Eva Jover García.

Esta beca tiene como objetivo apoyar la labor que desarrollan la Fundación Miguel Servet y el Departamento de Salud en el fomento de la investigación biomédica pública de Navarra favoreciendo la retención del talento científico. Gracias a esta ayuda, la investigadora continuará sus estudios en enfermedad valvular desde la Unidad de Cardiología Traslacional, formada por profesionales de Navarrabiomed y del Área Clínica del Corazón del Hospital Universitario de Navarra.

Por Lorenzo Bazzoni

Ha presidido el acto de entrega de la ayuda la consejera de salud en funciones, Santos Induráin Orduna, junto a Rita Casas Carroggio, directora regional de Roche Farma España en Navarra. A ambas les ha acompañado también María Bezunartea Álvarez, directora de gestión de Navarrabiomed – Fundación Miguel Servet.

Tras cinco años de investigación postdoctoral en la Universidad de Bristol (Reino Unido), la doctora Jover se incorporó en 2020 al grupo de Cardiología Traslacional de Navarrabiomed, liderado por la doctora Natalia López-Andrés, gracias a la obtención de un contrato postdoctoral competitivo Sara Borrell del Instituto de Salud Carlos III que ha finalizado recientemente. A partir de ahora disfrutará de la ayuda Stop Fuga de Cerebros, que contempla una duración inicial de un año, prorrogable un año más, y una dotación económica de 60.000 euros brutos anuales.

Según ha manifestado la doctora Jover, “este contrato, financiado mediante la ayuda Stop Fuga de Cerebros de Roche Farma me ofrece la oportunidad de continuar mi investigación en España y afianzar mis perspectivas futuras de consolidación como investigadora de Navarrabiomed. Ante un entorno financiero de I+D+i a veces limitado e incierto, este tipo de iniciativas facilitan el establecimiento de un tejido investigador más saludable e incentivan la transferencia tecnológica e intelectual”.

Por Lorenzo Bazzoni

Investigando la enfermedad valvular

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países industrializados. La enfermedad valvular representa la tercera forma más común de enfermedad cardiovascular y se prevé que vaya en aumento debido al envejecimiento poblacional. Según indican desde Navarrabiomed actualmente no existen fármacos para tratarla y en casos severos la cirugía cardiaca es la única solución terapéutica, no exenta de elevados costes sociosanitarios.

Gracias a investigaciones como la de Navarrabiomed, hoy en día se dispone de un mejor conocimiento sobre las peculiaridades fisiopatológicas de la enfermedad valvular. Las colaboraciones nacionales e internacionales, los equipos de trabajo multidisciplinares, la participación desinteresada de los pacientes y un tejido investigador fuerte y estable son fundamentales para que la investigación se materialice en una mejora de las actuales herramientas diagnósticas y terapéuticas.

Esta ayuda permitirá ampliar los estudios sobre la enfermedad de la válvula aórtica y la identificación de nuevos tratamientos. Factores como el sexo del paciente, la enfermedad renal o incluso los tratamientos oncológicos empeoran significativamente la evolución y pronóstico de los pacientes con enfermedad valvular. Una mejor comprensión de cómo contribuyen tales factores al desarrollo y progresión de la enfermedad de la válvula aórtica permitirá, por un lado, mejorar el manejo clínico y la supervivencia de los pacientes y, por otro, ayudará a identificar nuevas dianas terapéuticas. En definitiva, se aspira a ofrecer una medicina personalizada en el ámbito de la cardiología.

La apuesta de Navarra por la investigación

La consejera de Salud, Santos Induráin, ha destacado el apoyo que iniciativas como Stop fuga de cerebros constituyen para la retención de talento en la Comunidad Foral, complementando la importante apuesta que se realiza desde el Departamento de Salud por el fomento de la investigación. “Este fortalecimiento de la investigación biomédica pública”, ha señalado, “permitirá conseguir un sistema de salud sólido, estable y de calidad, que trabaje en la frontera del conocimiento. En este sentido, desde el Gobierno de Navarra consideramos clave el trabajo coordinado del HUN, Navarrabiomed y UPNA, entidades que conviven en un mismo campus biosanitario”.

Desde Roche Farma España, Rita Casas destacó la importancia del trabajo de la doctora Eva Jover en enfermedad valvular y de sus compañeros de la Unidad de Cardiología Traslacional. “Para Roche Farma es prioritario impulsar y apoyar el talento científico en el ámbito biomédico; sólo así podremos avanzar de verdad en el desarrollo de nuevas herramientas diagnósticas y terapias innovadoras que nos permitan abordar con las mayores garantías los principales problemas de salud de los pacientes”.

“El compromiso con la investigación y la innovación –añadió– es lo que ha permitido a Roche estar a la vanguardia mundial en innovación biotecnológica y medicina personalizada, y por eso estamos comprometidos con el apoyo al talento científico. En el caso de Stop Fuga de Cerebros, tratamos de ayudar además a que los mejores profesionales sigan trabajando en su entorno, desarrollando proyectos que beneficien a toda la sociedad en la que desarrollan su actividad”.

Segunda edición de las ayudas

El programa Stop Fuga de Cerebros forma parte de un proyecto de Roche Farma que comenzó en 2017 con el objetivo de retener a los mejores investigadores y favorecer el desarrollo de su trabajo en el ámbito cercano, desarrollando así una red que, a través de la labor científica, acabe generando un impacto positivo en los pacientes y la sociedad. En el caso de Navarra, es la segunda vez que Roche Farma entrega una de estas becas, ya que en 2019 se financió la investigación de Carlos Hernández Sáez. Hasta el momento se han concedido becas Stop Fuga de Cerebros en la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas.

Por Lorenzo Bazzoni