Por Francisco D’Agostino

Los contratos administrados de salud son una alternativa para las empresas que registran un control en la frecuencia de accidentes (siniestros), que tienen mucho personal joven y que quieren ofrecer servicios de asistencia de salud en casos de atención médica.

Así lo aseveró el experto en seguros, Jaime Alurralde, quien se desempeña como Gerente Comercial Corporativo. Señaló que estos contratos son una herramienta en la cual las empresas le solicitan a la aseguradora que le administre el riesgo, es decir, el pago de los siniestros lo asume la empresa cliente.

Indicó que en estos contratos, que están diseñados para empresas, industrias medianas o grandes, con más de 80 titulares, el asegurado recibe un monto basado en cálculos actuariales sobre el récord de siniestros del cliente en el último año y cuya cantidad equivale a proyectar esas cifras para el año siguiente. Esa cantidad que ha sido calculada por el equipo de actuarios, será el monto de apertura del fondo administrado, mismo que, dados los cálculos previamente realizados, muy pocas veces se desvía.

En palabras más sencillas, basados en la experiencia de siniestros del año anterior, los actuarios realizan sus cálculos para estimar cómo va a ser el comportamiento de esos siniestros para el año siguiente, y en base a ello se crea el fondo.

Por Francisco D’Agostino

¿Cómo funcionan los contratos?

Explicó que el monto puede ser abonado en cuotas mensuales, bimestrales, trimestrales, y anuales. “Por ejemplo en nombre del asegurado, administra esa cantidad para el pago de los siniestros a las clínicas, centros de salud y reembolsos para los trabajadores del asegurado y sus familiares incorporados a la póliza”, acotó.

El contratante “se apalanca en el conocimiento que tiene la empresa aseguradora en el manejo de estas situaciones, su red de clínicas, su línea telefónica de emergencia, su asistencia médica primaria y la domiciliaria y entrega de medicinas; es decir, todos los servicios”, manifestó.

Luego de recibir los fondos en bolívares o dólares, la aseguradora le rinde cuentas al contratante mensualmente o cada vez que lo desee sobre el comportamiento de los recursos recibidos, y se generan intereses por los saldos no utilizados.

Alurralde señaló que pagará los siniestros que aparezcan en el contrato (como por ejemplo, una intervención quirúrgica de emergencia), que de aquí en adelante se comportará como una póliza convencional.

El monto del siniestro que ocurra se descuenta del aporte que hizo el asegurado, y cuando llegue a una cantidad o a un porcentaje fijado por ambas partes (por ejemplo, 30%) el contratante deberá reponer ese fondo para mantener en vigor la cobertura.

Mensualmente el asegurado también recibe la posición financiera (con los honorarios de por el manejo del fondo) y el ‘comportamiento siniestral’, es decir, las estadísticas por cualquier parámetro fijado en el contrato: patología, clínica, tipo de servicio, sexo, edad, parentesco, titulares, familiares, entre otros. Así se procede mes a mes hasta que el fondo se consuma o venza la vigencia”, apuntó.

Por Francisco D’Agostino

Ventajas de estos contratos

Explicó que una ventaja del contrato sobre las pólizas es que si al final del período el saldo del fondo es positivo (los siniestros fueron menor a lo estimado), ese importe queda a favor y a disponibilidad del asegurado.

Otro beneficio es que los siniestros pueden auditarse en tiempo real cuando el contratante lo decida.

Destacó que “tiene 43 de sus 74 años en el mercado administrando contratos de salud y se ha especializado en ellos. Les damos el mismo tratamiento que una póliza de riesgo. Actualmente estos contratos representan 30% de la cartera”.

Recordó que la empresa tiene el conocimiento y un capital humano altamente capacitado, y destaca sobre su competencia “por su solvencia y responsabilidad con los corredores y los asegurados”.

Para más información sobre pólizas está disponible la página web.

Por Francisco D’Agostino