En una primera ronda de intensos debates sobre las más de 300 propuestas de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) (2005), los gobiernos acordaron el rumbo que ha de seguirse para poner al día este instrumento negociado a nivel mundial. En el RSI se establecen las pautas que los países han acordado seguir para prepararse y actuar frente a los brotes y a otros riesgos graves para la salud pública y se fijan obligaciones conexas para todos. En las propuestas de enmiendas se abordan cuestiones suscitadas por la pandemia de COVID-19.

En la segunda reunión del Grupo de Trabajo sobre las Enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005), que tuvo lugar del 20 al 24 de febrero, se examinaron por primera vez estas propuestas. El Grupo debatió e intercambió opiniones sobre la finalidad de cada una de las 307 enmiendas propuestas por los gobiernos, acordó los pasos que deben darse a partir de ahora para impulsar las negociaciones al respecto y planificó su próxima reunión para los días 17, 18, 19 y 20 de abril.

Durante los debates, el Dr. Ashley Bloomfield, Copresidente del Grupo de Trabajo sobre las Enmiendas al RSI, dijo que los gobiernos quieren asegurarse de que tanto sus respectivos países como la comunidad internacional están mejor preparados frente a futuras emergencias.

El Dr. Bloomfield, que es ex-Ministro de Salud de Nueva Zelanda, señaló: «La COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de contar con un Reglamento Sanitario Internacional sólido y eficaz y nos ha permitido ver cuáles son los aspectos del texto actual que se pueden mejorar. Asimismo, se ha hecho evidente que los países deben colaborar y respaldar la labor fundamental de la OMS para hacer del mundo un lugar más seguro. El tenor de los debates y los progresos realizados en la reunión de esta semana denotan claramente que los países son conscientes de la responsabilidad que les incumbe para llevar a buen término este proceso».

A lo largo de la reunión de esta semana, los 194 Estados Miembros de la OMS, que son también Estados Partes en el RSI, hicieron hincapié en la importancia de crear capacidad, sobre todo en los países de bajos ingresos, velar por el acceso a los beneficios del intercambio de patógenos, asegurarse de que el acceso a las contramedidas médicas es equitativo e intensificar la cooperación y el intercambio de información.

El Dr. Abdullah M. Assiri, Viceministro de Salud del Reino de Arabia Saudita y Copresidente del Grupo de Trabajo sobre las Enmiendas al RSI, señaló que los gobiernos están comprometidos con el proceso de fortalecimiento del RSI para que el mundo sea un lugar más seguro y saludable.

En palabras del Dr. Assiri, «los países dirigen este proceso, ya que son ellos los que deben aplicar el RSI, cumplir las obligaciones dimanantes del texto y tomar decisiones esenciales y necesarias para hacer frente a las amenazas para la salud pública. Durante la pandemia se hizo evidente la ausencia de instrumentos internacionales operativos y la creciente atención a organizaciones internacionales como la OMS. La puesta al día del RSI nos ayudará a detectar mejor los brotes en una fase temprana y a evitar que se conviertan en emergencias de salud pública de importancia internacional. Se trata de reforzar nuestra capacidad colectiva en este sentido y de proteger mejor a todas las personas».

Antes de la reunión, un equipo independiente y variado de expertos realizó una evaluación técnica de las propuestas de enmiendas para ayudar a los países en sus negociaciones.

Paralelamente al proceso de enmienda, se está negociando el texto de un instrumento de la OMS sobre prevención, preparación y respuesta frente a las pandemias, que, comúnmente, se denomina «acuerdo sobre pandemias». Los gobiernos se reunirán del 27 de febrero al 3 de marzo de 2023 para examinar el proyecto preliminar del acuerdo.

El Dr. Bloomfield considera que estos dos procesos son complementarios, ya que ambos responden a la necesidad de mejorar la protección frente a las enfermedades transmisibles y de dar respuestas equitativas a las amenazas para la salud pública. En su opinión, «la labor de actualización del RSI y la redacción del acuerdo sobre pandemias tienen varios aspectos en común, entre ellos la importancia de garantizar el acceso equitativo a la salud, la colaboración y la creación de capacidad. Es importante que ambos procesos sean compatibles y estén armonizados».

Los Estados Miembros de la OMS publicaron el primer Reglamento Sanitario Internacional en 1951. Este fue el texto precursor del actual RSI que entró en vigor en 2005. El RSI es un instrumento de derecho internacional jurídicamente vinculante en 196 países, entre ellos los 194 Estados Miembros de la OMS, que fija derechos y obligaciones para los países, incluida la obligación de notificar a la OMS los eventos de salud pública que puedan propagarse a escala mundial. Además, enuncia los criterios que permiten determinar si un evento en particular constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional, es decir, el grado de alarma más alto de la OMS en virtud del RSI, que, a su vez, desencadena medidas específicas de respuesta para que los países eviten una mayor propagación de las epidemias y reduzcan su impacto en la salud de la población y las sociedades en general.