Madrid es la cuarta provincia española en la que se refugian más irlandeses, por detrás de Barcelona, Alicante o Málaga, que se encuentra a la cabeza.
Sus casi 2000 vecinos de la Isla Verde, pese a disfrutar de las bondades de su país de acogida, tienden a juntarse alrededor de los planes que propone alguno de los pubs irlandeses de la capital.
Sin embargo, lejos de cerrar sus puertas al resto, al igual que ocurre para quienes viajan a ciudades como Belfast o Dublín, estos rincones permiten disfrutar a todos del alma de Eire entre sus paredes.
Pero, ¿qué tienen que los hacen tan distintos y atractivos?
Abrir la puerta y encontrarse un ambiente de madera, cálido, con una iluminación muy suave y con elementos tradicionales de la isla británica siempre impone.
Acostumbrados a no perder las buenas costumbres, es probable que sea uno de los locales con mejores cervezas de la zona, no solo las clásicas sino también las artesanas y muchas importadas desde Irlanda. Los licores son su especialidad, así que también es fácil dejarse llevar por las recomendaciones de sus camareros para reuniones de amigos.
Normalmente suelen tener también una carta para degustar platos de la gastronomía irlandesa, que se basan, sobre todo, en el clásico fish and chips, en los guisos de cordero, entre otros. No olvidar que son grandes paladares y son comidas sabrosas llenas de productos frescos como guarnición.
Más allá de sus fiestas más tradicionales y del amor que sienten tanto por el rugby como por el fútbol, las veladas en los pubs irlandeses suelen estar siempre amenizadas por música en directo. Aunque lo normal es pensar que sonará un tipo de música folk parecida a la celta, son escenarios para muchos grupos que empiezan y que necesitan ponerse a prueba.
Quedar con amigos, planificar una cita o simplemente acabar por casualidad en alguno un pub irlandés en Madrid como el Pub San Juan merece la pena.
De hecho, se puede convertir en uno de los planes favoritos del grupo por su originalidad, por los planes que suelen proponer, por la bebida que sirven y, sobre todo, porque es un ambiente único para viajar hasta un rincón del Atlántico.