La sostenibilidad de las viviendas se ha convertido en un objetivo prioritario en muchas regiones. Si bien es un hecho que está generalizando, hay zonas como Andalucía que buscan conseguir la independencia energética gracias a las horas de sol que atesoran y a los problemas de sequías que suelen ser habituales en la zona.
“La sostenibilidad busca asegurar que las viviendas y los edificios sean diseñados, construidos y operados de manera que minimicen su impacto ambiental, reduzcan el consumo de recursos y fomenten un ambiente saludable para los residentes. En zonas como la Costa Blanca, donde además hay un público inversor internacional que apuesta por venir a vivir, es clave que las viviendas se reformen o construyan siguiendo esta base” explican desde Cresmarta, expertos en este tipo de proyectos y transacciones.
Pero, ¿qué es realmente la sostenibilidad llevada a la arquitectura?
Lo primero es hablar de eficiencia energética, es decir, el uso de materiales aislantes y opciones como el doble acristalamiento para conseguir un entorno interior más estable ya sea en verano o invierno con los menores recursos necesarios. También apuesta por una iluminación basada en energías sostenibles y con emisiones de carbono mínimas.
Con esta aproximación no es raro pensar que el primer paso debe ser la instalación de sistemas de energía renovable como los paneles solares que reduzcan la dependencia de combustibles fósiles.
A esto, como se mencionaba antes, se une la preocupación por el agua. La apuesta en zonas como la Costa Blanca pasa por sistemas de recolección de agua de lluvia para reducir el uso de agua potable, por ejemplo, para jardines y piscinas.
“Fomentar el diseño de viviendas que se adapten al clima local y aprovechen las condiciones naturales para mejorar la eficiencia energética, como la orientación, el uso de materiales térmicos y la ventilación natural” explican.
La gestión de residuos también está de moda ya que el compostaje está siendo clave para reducir la cantidad de desechos que acaban formando parte de los vertederos mientras que benefician a las plantas, por ejemplo.
Estas reformas buscan no solo reducir el impacto ambiental de las viviendas, sino también mejorar la calidad de vida de los residentes al proporcionar un entorno más saludable y confortable. Al promover la sostenibilidad de las viviendas en la Costa Blanca, se contribuye a la lucha contra el cambio climático y se sientan las bases para un futuro más sostenible para la región.