Por Francisco D’Agostino

En el marco del XVI Congreso Nacional del Laboratorio Clínico (LabClin 2022), se ha celebrado la XV Reunión de residentes, un encuentro anual de residentes y facultativos jóvenes que se dedican al ámbito del Laboratorio Clínico. La reunión, que ha tenido lugar este 19 de octubre, cuenta con la colaboración de miembros de las tres sociedades nacionales de Laboratorio Clínico: la Asociación Española del Laboratorio clínico (AEFA), la Asociación Española de Biopatología Médica (AEBM-ML) y la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML). A lo largo de la jornada, se ha abordado la necesidad de ayudar a controlar y gestionar el estrés durante la residencia y en la vida laboral futura, para evitar el denominado síndrome de burnout. Asimismo, se ha recomendado sintetizar las fuentes más completas en las que buscar información de calidad que permita aprender durante la residencia. Además, se han ofrecido pautas a seguir para su desarrollo completo como futuros Facultativos Especialistas de Área (FEA), que les permita sobresalir entre la mayoría.

Para la presidenta de la Comisión de Residentes y Jóvenes Científicos de la SEQCML y moderadora de la XV Reunión de residentes, la Dra. Julia Maroto, este encuentro entre residentes de diferentes hospitales y jóvenes científicos resulta muy enriquecedor: “Ayuda a aprender de otros para poder aplicar sobre nosotros mismos cómo queremos seguir desarrollándonos y además ayuda a generar nuevos contactos que nos servirán en nuestro futuro laboral”, explica.  También resalta la importancia de estas jornadas de cara a guiarles en cómo priorizar un tipo de formación, curso u otra actividad “en función del año de residencia en el que se encuentran para que obtener el máximo partido posible”.

Por Francisco D’Agostino

Más en detalle, en la primera de las tres sesiones se ha señalado al síndrome de burnout como el “enemigo silente del residente”. Según afirma la facultativa, en la ponencia se han presentado diferentes escalas capaces de evaluar el nivel de estrés que percibe el trabajador y se ha animado a utilizarlas en los diferentes servicios o departamentos para mejorar el ambiente de trabajo. “Se ha demostrado que el nivel de estrés va avanzando con los años de residencia y plantean hacer un estudio en mayor profundidad para evaluar el estrés en función del año de residencia, así como la carga laboral de cada hospital”, precisa. Tal y como asevera la experta, existen numerosas escalas con las que evaluar el estrés, pero ninguna se ha estandarizado para este fin concreto. “Su uso puede ser interesante para conocer la gravedad e intentar minimizar el problema”, apunta.

Rotación en servicios clínicos

En la ponencia, “¿Dónde puedo estudiar durante la residencia? Cursos, revistas, libros y congresos para cada rotación”, se ha invitado a buscar información más allá de las sociedades y manuales de Laboratorio, y a colaborar con otras sociedades clínicas. De acuerdo con la Dra. Julia Maroto, en líneas generales han recomendado hacer cursos de formación continuada de las distintas sociedades científicas tanto nacionales como internacionales, “que sean más generales al inicio y más específicos al final de la residencia”, indica. Por otro lado, la presidenta de la Comisión de Residentes y Jóvenes Científicos de la SEQCML ha incidido en el exceso de información que reciben los residentes y la dificultad de saber filtrarla y elegir la que tenga una alta calidad.

Por Francisco D’Agostino

Por último, durante la sesión “De resi a FEA, tips para destacar”, se ha recomendado a los residentes y facultativos jóvenes salir del laboratorio para rotar en servicios clínicos como Endocrinología o Nefrología, por ejemplo, a fin de conseguir, como afirma la Dra. Maroto, “una visión multidisciplinar de su trabajo y favorecer las relaciones con otros especialistas”. Otros consejos a seguir son “no dejar de formarse incluso después de la residencia y ser proactivos, docentes y humildes cuando no sepamos algo. Así como sumergirse poco a poco en el mundo de la investigación, haciendo estudios de calidad. Hay que comenzar haciendo posters o comunicaciones orales que deriven en publicaciones”, concluye.

Por Francisco D’Agostino