Las altas temperaturas a las que nos enfrentamos durante este verano, con máximas que superan ampliamente los 35 grados en muchos lugares de España, supone un desafío adicional para nuestra piel según el panel de especialistas IMR, líder en dermatología por número de pacientes de España.
«Aunque el verano siempre es una época complicada, las temperaturas especialmente elevadas que estamos viviendo este verano incrementan el riesgo de sufrir sensación de tirantez, irritación y picazón debido a la alteración de la función barrera de la piel por la mayor pérdida de agua», advierte el equipo de especialistas de IMR.
Además de la piel seca y deshidratada, las altas temperaturas pueden provocar otras patologías como la rosácea o el melasma, que pueden experimentar un brote por la exposición solar no controlada. El Dr. Manuel Ballesteros, dermatólogo del IMR, recuerda: «En las consultas estamos observando muchos casos de pacientes que, o bien padecen hiperhidrosis, sobrepeso o que realizan trabajo físico continuado y que están acusando irritaciones molestas en axilas, ingles, sobre todo en todas las áreas donde hay pliegues. Personas que, además, corren el riesgo de sobre infectarse con hongos saprofitos de nuestro cuerpo, principalmente por cándida spp».
También son muy habituales en este momento del verano otro tipo de lesiones benignas como las queratosis seborreicas o verrugas a las que debemos prestar atención dado que existe el riesgo de que se inflamen provocando un picor intenso.
La importancia de la hidratación y secado
Para prevenir la aparición de estos síntomas es imprescindible mantenerse hidratado y consumir al menos 2 litros de agua al día. Además, secarse bien también es importante para evitar humedad en zonas como ingles y axilas, que pueden favorecer sobrecrecimientos bacterianos o fúngicos.
En cuanto a los productos de cuidado personal, debemos usar geles de ducha suaves sin perfumes que aporten un extra de hidratación. De forma adicional, se debe optar por cremas hidratantes libres de grasa y aceites en formato gel o emulsión. De hecho, el empleo de cosmética tipo crema o pomada puede sobrehidratar nuestra piel y ocasionar la aparición de acné o empeorar patologías de base.
Para los pacientes con hipersudoración en axilas, manos o pies, la Dra. Marta García Legaz, dermatóloga de IMR, recomienda: “acudir al dermatólogo para buscar ayuda ya que, además de incómodo, puede acomplejar y favorece el sobrecrecimiento bacteriano. Hay muchas opciones antitranspirantes, anticolinérgicos (tópicos y orales), toxina botulínica, y la técnica Miradry, que reduce de forma permanente el sudor de estas zonas”.
El fotoprotector solar clave
Por supuesto, a todos estos cuidados debe sumarse el empleo de fotoprotector solar durante todo el verano, especialmente en los días nublados, ya que es importante recordar que la radiación ultravioleta es la misma que en días soleados.
En este sentido, la Dra. Marta González, dermatóloga del IMR, nos recomienda: «prevenir la exposición excesiva a la radiación ultravioleta, que daña el ADN de las células de la piel, produciendo mutaciones que pueden provocar cáncer y envejecimiento prematuro, utilizando fotoprotector solar de amplio espectro, con un factor de protección solar de al menos 50 y con protección frente a los rayos UVA media hora antes de salir al aire libre. Además, se debe aplicar el fotoprotector en cantidades generosas y volver a aplicarlo periódicamente cada 2 horas o después del baño, asegurándose de cubrir zonas importantes como el cuello, las orejas y el cuero cabelludo».