Por Flavio Borquez Tarff

Un nuevo informe de las Naciones Unidas revela que la salud de las mujeres y los niños se ha deteriorado en todo el mundo, ya que las repercusiones de una combinación de los conflictos, la pandemia de COVID-19 y el cambio climático tienen efectos devastadores sobre las perspectivas de los niños, los jóvenes y las mujeres.

Los datos presentados en el informe muestran una regresión grave en prácticamente todas las mediciones más importantes del bienestar infantil y en muchos indicadores clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Desde el último Informe de Progreso de Todas las Mujeres, Todos los Niños, publicado en 2020, la inseguridad alimentaria, el hambre, el matrimonio infantil, los riesgos de violencia de pareja y la depresión y la ansiedad de los adolescentes han aumentado.

Se estima que 25 millones de niños y niñas no habían recibido vacunas o las habían recibido de forma insuficiente en 2021 –6 millones más que en 2019–, una situación que agrava el riesgo de que contraigan enfermedades mortales y debilitantes para la salud. Millones de niños no asistieron a la escuela durante la pandemia, muchos de ellos durante más de un año, mientras que aproximadamente el 80% de los niños de 104 países y territorios sufrieron pérdidas de aprendizaje debido al cierre de las escuelas. Desde el comienzo de la pandemia mundial, 10,5 millones de niños han perdido a uno de sus progenitores o a su cuidador a causa de la COVID-19.

Por Flavio Borquez Tarff

“El elemento central de nuestra promesa incumplida es el fracaso a la hora de abordar las enormes desigualdades que constituyen la base de las crisis mundiales, desde la pandemia de COVID-19 hasta los conflictos y la emergencia climática. El informe describe las repercusiones de estas crisis sobre las mujeres, los niños y los adolescentes, desde la mortalidad materna hasta las pérdidas en materia de educación y el aumento de la desnutrición grave”, dijo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

El informe aporta amplias pruebas que demuestran que las posibilidades de los niños y los adolescentes de llevar una vida sana varían considerablemente por razones tan simples como el lugar donde nacen, su exposición al conflicto y las circunstancias económicas de sus familias. Por ejemplo:

  • Un niño nacido en un país de ingresos bajos tiene una esperanza de vida media al nacer de unos 63 años, frente a los 80 que se alcanzan en un país de ingresos altos. Esta devastadora brecha de 17 años en la supervivencia ha cambiado poco en los últimos años. En 2020, 5 millones de niños y niñas murieron antes de cumplir los 5 años, la mayoría por causas que se pueden evitar o tratar. Además, la mayor parte de las muertes maternas, infantiles y de adolescentes, así como los nacimientos de mortinatos, se concentran en solo dos regiones: África Subsahariana y Asia Meridional.
  • Más de 45 millones de niños y niñas sufrieron desnutrición aguda en 2020, un trastorno que pone en peligro sus vidas y agrava el riesgo de muerte, de retraso en el desarrollo y de enfermedad. Casi tres cuartas partes de estos niños viven en países de ingresos medios-bajos. En 2020, 149 millones de niños sufrieron retraso en el crecimiento, una cifra alarmante. África es la única región en la que el número de niños afectados por el retraso en el crecimiento ha aumentado en los últimos 20 años, de 54,4 millones en 2000 a 61,4 millones en 2020.
  • Los seis países con mayor número de desplazados internos –Afganistán, Etiopía, la República Árabe Siria, la República Democrática del Congo, Sudán y Yemen– se encuentran también entre los 10 países que sufren mayor inseguridad alimentaria.
  • Una mujer de África Subsahariana tiene un riesgo 130 veces mayor de morir por causas relacionadas con el embarazo o el parto que una mujer de Europa o América del Norte. La cobertura de la atención prenatal, la asistencia cualificada en el parto y la atención posnatal dista mucho de llegar a todas las mujeres de los países de ingresos bajos y medios, un factor que las expone a un elevado riesgo de morir o quedar en situación de discapacidad.
  • Millones de niños y sus familias padecen una mala salud física y mental debido a los recientes desastres humanitarios en Afganistán, Etiopía, Pakistán, Somalia, Ucrania y Yemen. En 2021, 89,3 millones de personas en todo el mundo, una cifra sin precedentes, fueron expulsadas de sus hogares debido a la guerra, la violencia, la persecución y los abusos de los derechos humanos.

Por Flavio Borquez Tarff

El informe hace un llamamiento a la comunidad mundial para que aborde esta trayectoria perjudicial y proteja las promesas realizadas a las mujeres, los niños y los adolescentes en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En particular, insta a los países a que sigan invirtiendo en servicios de salud, hagan frente a todas las crisis y a la inseguridad alimentaria y empoderen a las mujeres y a los jóvenes de todo el mundo.

El informe, titulado Proteger la promesa, ha sido publicado por varios aliados mundiales, entre ellos la OMS, UNICEF, el UNFPA, la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño (ASMRN) y Cuenta atrás para 2030, y es un resumen bienal de los progresos realizados en respuesta a la Estrategia Mundial Todas las Mujeres, Todos los Niños del Secretario General de las Naciones Unidas para la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes. Se trata de la síntesis más completa de las pruebas sobre el estado actual de la salud de la madre, el recién nacido, el niño y el adolescente, y actualiza el último Informe de Progreso de la Estrategia Mundial Todas las Mujeres, Todos los Niños, publicado en 2020.

Por Flavio Borquez Tarff