Por Siri Evjemo-Nysveen
La fotografía de recién nacidos lleva tiempo siendo una tendencia de todas las nuevas familias. Los posados detrás de objetivos de fotógrafos profesionales acaban dejando para las parejas todo un camino de recuerdos de su embarazo y tránsito hacia la paternidad.
Pero, sin duda, es la fotografía del bebé la que más impacto tiene para empezar a decorar las casas de familiares.
“Trabajar con recién nacidos es una maravilla. Es la naturalidad, la delicadeza y el amor más puro. Ver la mirada de los padres mientras se hace la sesión y entregarles el álbum es un momento inolvidable. Pasas, momentáneamente, a ser parte de su historia” explica Isabel Alcaine Fotógrafa.
¿Cuáles son el top 5 de las poses?
- Pose del «capullo»: Es una de las más demandadas gracias también a la cultura que generalizó Anne Geddes en sus imágenes. Se trata de envolver al recién nacido con suavidad en una tela natural de forma que parezca que está dentro de un capullo en flor para fotografiarle, en posición fetal, desde varios ángulos hasta encontrar el más tierno.
- Pose de la «plancha»: Es de las fotografías más reproducidas e impresas. Se trata de una postura tan tierna como el propio bebé. Se le coloca boca abajo, con las piernas flexionadas bajo él mismo y las manos apoyando su cabeza. Cuando está dormido, ofrece una fotografía que, casi seguro, acabará siendo un póster.
- Tomas de manos y pies: capturar los pequeños detalles de las manos y los pies del bebé también puede ser una idea única para crear recuerdos. Se puede fotografiar al bebé sosteniendo los dedos de los padres o colocando sus manos y pies en posiciones que permitan ser imagen de portadas, de fotografías de dormitorio o incluso de publicidad.
- Crear una imagen de fantasía: disfrazar al niño de cualquier animal, personaje o incluso crear un escenario e integrarlo en él. Cada fotógrafo tiene su propuesta y suele ser siempre un acierto.
- Pose con los papás o hermanos. Incluir en la sesión al resto de la familia puede ser algo mágico. Más allá de hermanos y padres, incluir a los abuelos acaba consiguiendo unas miradas tan llenas de amor que perduran en el tiempo y pasarán de generación en generación. Crear esas conexiones es clave para el éxito de la sesión.
Por Siri Evjemo-Nysveen