Por Flavio Borquez Tarff

Dentro de su estrategia global de lucha contra el cambio climático y de renovación de los equipos para sustituirlos por otros más eficientes y con menor contaminación acústica, Telefónica ha realizado una   inversión de más de un millón de euros en la central Lugo Ballesteros, ubicada en la calle Quiroga Ballesteros de Lugo.

Las reformas e instalación de los nuevos equipos han permitido alcanzar una reducción del 81% en las emisiones de gases y un ahorro energético del 64%. Se han eliminado además todos los elementos de la cubierta, dejando solo una torre de telefonía de bajo impacto visual, y se han insonorizado las estancias para minimizar el impacto acústico, aspectos ambos muy relevantes en una central ubicada en pleno casco histórico.

Uno de los apartados más relevantes ha sido el de la climatización —crítica para el buen funcionamiento de los equipos—, con la puesta en marcha de una planta enfriadora totalmente insonorizada. Se ha securizado el aporte de agua fría de esta nueva instalación, para minimizar el riesgo de cualquier problema con la climatización de los equipos, lo que podría afectar al servicio en toda la provincia. Al mismo tiempo, se han retirado los equipos de expansión directa y se han instalado unidades de agua mucho más eficientes y sin emisión de gases. Las mejoras en las instalaciones y equipos de climatización se han complementado, en el ámbito de la energía, con la renovación completa del centro de transformaciones y la renovación de todos los cuadros eléctricos.

Construir un mundo más verde

Las modificaciones realizadas en la central de Lugo se enmarcan en el fuerte compromiso estratégico de Telefónica con el cuidado del planeta y la protección del medioambiente. De hecho, se ha fijado como objetivo cero emisiones netas en 2040, incluyendo su cadena de valor, adelantándose 10 años a los acuerdos internacionales.

Telefónica España dispone de una red flexible y eficiente gracias a una gestión cada vez más automatizada y más sostenible, que ha logrado reducir un 96% sus emisiones de CO2, desde 2015.

Esto ha sido posible gracias a las más de cien iniciativas de eficiencia y gestión energética entre las que destacan el uso de energía renovable en el 100% de sus operaciones, y la implementación de proyectos de eficiencia energética o de modernización de la red, entre otros, como el apagado de las centrales de cobre sustituyéndola por fibra, que ha reducido el consumo energético un 12% desde 2015 a pesar de que el tráfico de datos gestionado ha aumentado 4,7 veces”.

Por Flavio Borquez Tarff