Por Francisco D’Agostino

Una polipíldora de tres fármacos desarrollada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y Ferrer es eficaz para prevenir los eventos cardiovasculares adversos secundarios en personas que han sufrido previamente un infarto, reduciendo la mortalidad cardiovascular en un 33 por ciento en esta población de pacientes. Estas son las conclusiones del ensayo SECURE, dirigido por el doctor Valentín Fuster, director de Mount Sinai Heart y médico jefe del Hospital Mount Sinai, y director general del CNIC.

Los resultados del estudio se anunciaron el viernes 26 de agosto en una sesión de Hot Line en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2022) en Barcelona, España, y se publicaron en The New England Journal of Medicine.

Las polipíldoras son combinaciones de fármacos que pueden tomarse conjuntamente para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Suelen contener aspirina y un agente antilipémico más un anticoagulante.

Se compartió que los resultados de este ensayo histórico demuestran que las polipíldoras pueden utilizarse como un tratamiento preventivo eficaz para los eventos cardiovasculares secundarios después de un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Los científicos demostraron por primera vez que la prescripción de su polipíldora mejoraba significativamente la adherencia al tratamiento entre los pacientes que se recuperaban de un infarto de miocardio en el estudio FOCUS, publicado previamente en el Journal of the American College of Cardiology (JACC).

El equipo del CNIC puso en marcha el estudio SECURE, un ensayo clínico internacional aleatorizado, para determinar si la mejora de la adherencia al tratamiento con la polipíldora se traducía en una reducción de los eventos cardiovasculares. La polipíldora analizada en el estudio, comercializada contiene ácido acetilsalicílico, el inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina ramipril y atorvastatina.

Los resultados se han publicado hoy en The Lancet: Cardiovascular Interventions

Los pacientes que fueron tratados tras un infarto con un único comprimido (polipíldora) tuvieron un riesgo de mortalidad relacionada con la enfermedad cardiovascular un 33% menor que los que recibieron la atención estándar.

El estudio también descubrió que los pacientes del grupo de la polipíldora tenían un mayor nivel de adherencia al tratamiento que los del grupo de control, lo que confirma los resultados del anterior estudio FOCUS, y en parte que la buena adherencia parece explicar los beneficios de la polipíldora única.

Por Francisco D’Agostino