En un año, se despacharon cerca de cien misiones que incluían a reporteros de texto, foto y video para informar sobre la situación en la línea de frente, en las grandes ciudades y en las áreas rurales del país. Unas misiones para apoyar a la red local de periodistas de texto e imagen, ucranianos y extranjeros, que la AFP se apresuró por reconstruir con la máxima rapidez para garantizar una cobertura lo más reactiva posible de todo el país, en el este, donde tienen lugar los combates más violentos, pero también en el sur, en Jersón; en el oeste, en Leópolis; y, por supuesto, en Kiev. También mantuvo desde el inicio de la ofensiva una importante oficina en Moscú, donde una veintena de periodistas sigue trabajando a diario.
«Los enormes medios desplegados por AFP para cubrir este conflicto reflejan nuestra preocupación diaria por informar al público en todo el mundo. Esta es nuestra misión de interés general, y es a través de un conflicto de esta magnitud que la agencia, gracias a su incomparable red mundial sobre el terreno, demuestra más que nunca su razón de ser. Es nuestra responsabilidad continuar con este esfuerzo mientras sea necesario», afirma Phil Chetwynd, Director de Información de la Agencia.
Aunque la AFP dio prioridad editorial a la cobertura noticiosa, también desplegó medios para relatar el impacto de la guerra en los ucranianos mediante textos e imágenes, en reportajes que se cuentan por cientos. También narró la crisis de los refugiados llegados al resto de Europa, e ilustró las repercusiones mundiales del conflicto en la economía, como en el suministro de alimentos en África o en el abastecimiento energético en Asia, por ejemplo.
La guerra llevó a la agencia a modificar radicalmente su dispositivo de edición de los contenidos que llegan de Ucrania y Rusia. «Para constituir una célula de vigilancia permanente y control de contenidos, sólida y fuera de la zona de conflicto, creamos una base de retaguardia en Varsovia, con un equipo de una decena de colaboradores de lenguas ucraniana y rusa dedicados a esta cobertura», explica Christine Buhagiar, directora de la región Europa de AFP.
Este dispositivo excepcional hizo que los medios de comunicación de todo el mundo usaran una cantidad sin precedentes de contenidos de la agencia. Los videos de AFP se han reproducido más de un millón y medio de veces, y muchas fotos que se convirtieron en emblemáticas protagonizaron portadas en todos los continentes.
La guerra también dio pie a que AFP hiciera que los periodistas sobre el terreno y aquellos especialistas en verificación digital de informaciones trabajaran todavía más estrechamente. En el caso de Bucha, por ejemplo, cuando el pasado 4 de abril se encontraron decenas de cadáveres de civiles, la colaboración entre reporteros e investigadores digitales, que usan técnicas de investigación más “científicas” (imágenes de satélites, por ejemplo) permitió acercarse lo máximo posible a los hechos, pese a la avalancha de desinformación.
En 2022, se publicaron sobre el conflicto más de 1.200 artículos de investigación digital en 24 lenguas.