Por Siri Evjemo-Nysveen
Con más del 90% de los espacios coworking ocupados, Málaga encabeza en Andalucía la nueva tendencia de los profesionales independientes o freelance que buscan un espacio en el que situar sus espacios de trabajo. Por delante de ciudades como Sevilla o Granada, en su capital dispone de miles de metros cuadrados destinados a este tipo de centros.
De ese 90%, más del 50% son teletrabajadores que, gracias a la movilidad laboral actual, han encontrado este espacio para sacar adelante el trabajo de compañías que cuentan con sede en otras provincias o, incluso, en otros países.
“No siempre el teletrabajador es capaz de separar el espacio de casa con el de la oficina. De ahí que busquen un entorno en el que no se aíslen y compartan espacios comunes. Esto, además, dicho por ellos, les aporta una riqueza única a la hora de la creatividad ya que se mueven sinergias únicas” explican desde Metropolitan Design Lab.
Situado en pleno corazón de la ciudad malagueña, cualquier interesado puede disponer de un espacio fijo en un coworking desde solo 100 euros al mes totalmente equipado.
Aunque la mayoría de la demanda viene por parte de programadores informáticos o trabajadores del sector audiovisual, de la publicidad y marketing o de la abogacía, no hay realmente un perfil único de quien demanda Coworking en Málaga.
Las cifras de empleo
Según los últimos datos, Málaga ha registrado en mayo la mejor cifra de empleo desde 2008, siendo la segunda ciudad española, por detrás de Madrid, en la creación de empleo.
Todo esto tiene mucho que ver también con los nómadas digitales que ven una oportunidad única de estar en una ciudad cosmopolita, bañada por el Mediterráneo donde disfrutar de planes de ocio mientras se desarrolla la faceta laboral en algunos de los más de 4000 m2 que la ciudad dispone en puestos coworking.
“El sector servicios ha sido clave siempre en Andalucía por la llegada de turistas. Hoy, son muchos los emprendedores de esta rama los que apuestan por espacios compartidos donde conocer a otros empresarios que puedan ser al final socios” explican.
Por Siri Evjemo-Nysveen