Por Flavio Borquez Tarff

En los países del África subsahariana, la asistencia sanitaria es 100% de pago. Ello, sumado a la escasez de recursos humanos (con 0,8 profesionales sanitarios por cada 100.000 habitantes), la ausencia de infraestructuras y equipamientos básicos y la falta de recursos económicos (3% de la financiación mundial), imposibilita el acceso igualitario a un sistema de salud de calidad y con futuro.

“Entre las personas a las que les resulta especialmente complicado el acceso a los servicios sanitarios, hay quienes necesitan una operación quirúrgica y no tienen medios para afrontarla”, ha explicado Marta Marañón, directora de la Fundación Recover, durante su visita al Hospital Quirónsalud de Albacete. Juntos, colaboran en el Programa de Pacientes de la Fundación que, bajo el lema “Oportunidades que curan”, ofrece la posibilidad de viajar y recibir tratamiento en España a las personas con enfermedades que no pueden ser tratadas en sus países de origen.

Desde su creación en 2007, el programa pacientes, gracias al apoyo de Quirónsalud, ha acogido un total de 178 personas en su mayoría afectadas por patologías cardiovasculares graves. Según datos de la OMS, las cardiopatías representan la primera causa de mortalidad a nivel mundial, y del total de muertes globales, más del 75% se dan en países en vías de desarrollo, con rentas per cápita medias y bajas. Para el Dr. Gonzalo Aldámiz-Echevarría, jefe del Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Quirónsalud en Albacete, “las cardiopatías son las grandes olvidadas en África subsahariana y están infra-tratadas de manera alarmante, a pesar de que representan uno de los mayores problemas de salud para la región, junto con las enfermedades infecciosas, en las que se suelen concentrar la mayor parte de los esfuerzos, tanto por parte de las ONGs como de los gobiernos”.

Por Flavio Borquez Tarff

“La patología cardiovascular es cada vez más prevalente en la región subsahariana”, ha afirmado el Dr. Aldámiz-Echevarría, quien además ha destacado que entre los tipos de enfermedades cardiovasculares más recurrentes se encuentran, por lo general, las cardiopatías congénitas no tratadas, así como las cardiopatías valvulares producidas por fiebre reumática, “una afectación amigdalar producida por estreptococo que genera alrededor de 350.000 fallecimientos al año en el mundo”. En la región subsahariana, su incidencia es desconocida, aunque se sospecha que es muy alta. La mayor implicación deriva de la potencial afectación del corazón, secundaria a la enfermedad cardiaca reumática (ECR), principalmente a nivel valvular, que puede condicionar insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular y muerte. Algunos estudios han establecido la prevalencia de la ECR en el África subsahariana en 5,7‰, en niños de 5 a 14 años, mientras que en los países desarrollados cae a 0,5‰.

En tan solo unos días, el Dr. Aldámiz-Echevarría operará a Paulina y Fatimata. Las pacientes han podido viajar desde su país de origen, Burkina Faso, gracias a Fundación Recover y serán intervenidas en el Hospital Quirónsalud Albacete. Santiago Villanueva, director gerente de Quirónsalud Albacete destacó “que, para el Hospital, es una gran satisfacción ver cómo pacientes, en su mayoría muy jóvenes, pueden volver a tener una vida normal gracias a la labor conjunta realizada”

Como explicó el Dr. Aldámiz, “ambas pacientes padecieron fiebre reumática en su infancia, y con el paso de los años, su corazón se ha visto afectado hasta el punto de que, de no operarse, sus vidas se verían comprometidas en un plazo máximo de 5 o 6 años”. Como él mismo detalla, “estas intervenciones persiguen actuar sobre las válvulas para tratar de que vuelvan a funcionar de manera normal, pero dependerá del grado de afectación de las pacientes. Intentaremos hacer una reparación, y en el caso de no ser posible, procederemos a un recambio valvular”.

El jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Quirónsalud de Albacete también ha recalcado las carencias de los sistemas de salud en África, en comparación con el nuestro: “De haber vivido en España, donde la enfermedad reumática se encuentra prácticamente erradicada, Paulina y Fatimata habrían sido diagnosticadas y tratadas con suficiente antelación como para no comprometer así su salud”.

Por Flavio Borquez Tarff

Cardiopatías isquémicas, vinculadas a nuevos hábitos de vida

A medida que aumenta la esperanza de vida en los países de África subsahariana (hoy en torno a los 61 años, según datos del Banco Mundial), y con la llegada del desarrollo económico y de nuevos hábitos y estilos de vida, importados de los países industrializados, la región está viviendo una transición epidemiológica: junto a enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis, el VIH, las diarreas y las infecciones respiratorias, asistimos al avance de enfermedades no transmisibles de origen cardiovascular.

Vemos un buen ejemplo de ello en el aumento de casos de cardiopatías isquémicas, enfermedad que provoca el estrechamiento de las arterias coronarias, cuyas causas encontrábamos sobre todo hasta ahora en los países industrializados: consumo de tabaco, concentración elevada de “colesterol malo” (LDL), diabetes, obesidad y sedentarismo e hipertensión arterial. Este último punto es especialmente preocupante, ya que se calcula que el 60% de los hipertensos en África no saben que lo son, debido principalmente a que la enfermedad no presenta síntomas graves hasta estar muy avanzada, y a que los pacientes no acuden a los centros de salud a no ser que se encuentren realmente mal. Además, África es el continente con las tasas más bajas de tratamiento de la hipertensión en personas diagnosticadas, tanto en hombres (con variaciones entre países de entre el 10-14%), como en mujeres (11-21%), según datos de la OMS.

Los altos niveles de enfermedad cardiovascular, así como el avance de nuevos tipos de cardiopatías, como las isquémicas, pueden ser especialmente problemáticos para los países de bajos recursos y con acceso limitado a tratamientos eficaces. El hecho de tener que enfrentarse al mismo tiempo a enfermedades crónicas y a enfermedades infecciosas, o de transmisión, añade presión sobre los sistemas de salud de la región, ya de por sí deficientes.

Por Flavio Borquez Tarff

El acompañamiento a los pacientes, labor fundamental de los voluntarios

Gracias a Fundación Recover, los pacientes que llegan para ser tratados en España están permanentemente acompañados durante su estancia: los voluntarios les recogen en la estación o aeropuerto, hacen las veces de traductores, los acompañan a la residencia donde se van a alojar a la espera de ser operados, les ayudan a realizar los trámites de ingreso en el hospital, y les ofrecen compañía y cuidados tras la operación, hasta que se recuperen y puedan volver a su país de origen. “Yo les digo que soy su traductora, que no tengan miedo y que voy a estar con ellos en todo momento”, ha explicado Concha Tomás, voluntaria de Recover que estos días acompaña a Paulina y Fatimata mientras esperan a ser operadas en la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, en Albacete. “Al llegar, se les ve cansados, porque el viaje es muy largo y están enfermos, y también porque tener miedo a lo desconocido es normal. Pero se nota una gran diferencia cuando ya te van conociendo. Trabajar como voluntaria es una satisfacción muy grande, y ver cómo los pacientes a los que acompaño hacen frente a sus enfermedades es un ejemplo de vida para mí”, ha asegurado Concha.

La directora de Fundación Recover, Marta Marañón, ha querido poner en valor la labor de estos voluntarios: “Junto a los médicos que colaboran con nosotros, los voluntarios son quienes acompañan en primera línea a los pacientes, quienes les infunden esperanza y ánimo, contribuyendo a dignificar su situación, antes y después de la intervención.”

En Fundación Recover trabajamos para hacer accesible una sanidad de calidad a todas las personas en los países de África en los que estamos presentes. Por esta razón, desde 2007 desarrollamos y apoyamos la gestión de hospitales sin ánimo de lucro en distintos países africanos para que ofrezcan una atención y asistencia sanitaria digna y acorde con las necesidades básicas de la población. La profesionalización del personal local es la base de un modelo de éxito que propone tolerancia 0 a la corrupción. Detrás de las cifras se encuentran los miles de personas, con nombres y apellidos, que han podido acceder a una atención sanitaria de calidad, gracias a la dedicación del personal y a la colaboración de todos los que deciden aportar su ilusión y su esfuerzo a nuestros proyectos.

Por Flavio Borquez Tarff