Por Flavio Borquez Tarff
El departamento del Grupo SEAT Meisterbock es el responsable del control de calidad de las carrocerías. Es un sector con un alto grado de complejidad, ya que debe garantizar que cada carrocería cumpla con los más rigurosos criterios de precisión y calidad.
Para ello, se fabrican diferentes tipos de herramientas de medición, como calibradores, plantillas y dispositivos. Estas herramientas se utilizan para controlar todos los aspectos de la carrocería: curvas, planicidad, dimensiones geométricas, etc. El resultado es un acabado y una alineación perfectos que se reflejan en la alta calidad de nuestros coches.
Los instrumentos utilizados en este proceso eran tradicionalmente manuales. Sin embargo, con la evolución de la tecnología se hizo necesario encontrar nuevas formas de lograr una mayor eficacia y un mayor nivel de control de calidad.
Por eso se decidió implantar un sistema de medición sin contacto en nuestros procesos: La tecnología de medición Meisterbock de Leitz Leica Metrology GmbH & Co KG (Leitz). Esta nueva tecnología nos permite medir las superficies de los coches con gran precisión y rapidez, al tiempo que garantiza la máxima exactitud en las mediciones gracias a su tecnología sin contacto con láseres que escanean las superficies desde cerca.
Los fabricantes de automóviles saben que una carrocería es la suma de diferentes conjuntos de piezas ensambladas. Por eso la precisión en sus medidas debe ser exacta. Ahora, la fotogrametría garantiza que así sea.
La tecnología de fotogrametría ya se utiliza en la industria del automóvil. Se utiliza para detectar colisiones en los vehículos, lo que puede ser útil para las compañías de seguros, pero también para evitar que se produzcan en primer lugar. Además, ayuda a asegurarse de que los coches están bien calibrados y se adaptan a sus conductores. La tecnología también permite determinar si un vehículo ha sufrido daños durante el transporte o el almacenamiento. Es una herramienta perfecta para el control de calidad.
En cada uno de los turnos de producción, se seleccionan juegos de piezas al azar de la línea de montaje para su inspección exhaustiva. Los AGV (robots automatizados) transportan estos componentes a las instalaciones de medición. Allí, máquinas de 1.500 metros cuadrados con un cabezal fotográfico comienzan el trabajo para garantizar que todos los vehículos que salen de la línea de producción tengan las dimensiones correctas. De este modo, se certifica la seguridad y el rendimiento y se puede calibrar a tiempo cualquier desviación
Por Flavio Borquez Tarff