Este lunes, 5 de junio, se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente. Por ello, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC), a través de su Grupo SEC-FEC Verde, recuerdan el impacto de la contaminación ambiental en la salud cardiovascular. En concreto, ponen el foco en la contaminación acústica o ruido que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa ambiental de problemas de salud, solo por detrás de la contaminación atmosférica (partículas en suspensión).

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) cifra en 12.000 las muertes prematuras producidas al año en Europa por la contaminación acústica y en 48.000 los nuevos casos de cardiopatía isquémica. En España, estima en 1.300 los nuevos casos de cardiopatía isquémica anuales. Y es que, la evidencia sobre el impacto del ruido en la salud cardiovascular es clara: incrementa la frecuencia cardiaca, la presión arterial y los niveles de cortisol, principal hormona del estrés. Se sabe que el estrés favorece un estado inflamatorio de baja intensidad que, mantenido en el tiempo, podría incrementar el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

“El ruido tiene una repercusión significativa sobre la salud cardiovascular. Numerosos estudios han demostrado que la exposición crónica al ruido, especialmente al ruido del tráfico, se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Recientemente se ha publicado un estudio realizado en el Reino Unido en el que la exposición a largo plazo al ruido del tráfico rodado se relacionó con una mayor incidencia de hipertensión primaria en un seguimiento medio de 8 años. Este efecto además fue más importante en presencia de una mayor contaminación del aire”, explica la Dra. Violeta Sánchez, coordinadora del Grupo SEC-FEC Verde.

Fuentes de contaminación acústica y umbrales

Las principales fuentes de contaminación acústica son las carreteras, las vías férreas, los aeropuertos y la actividad industrial, siendo el tráfico rodado la más importante de todas.

La Directiva de Ruido Ambiental de la Unión Europea (UE) establece en 55 decibelios (dB) el umbral de ruido en el periodo diurno, vespertino y nocturno, y en 50 dB durante la noche. Sin embargo, la OMS indica que los efectos nocivos de la contaminación acústica se producen incluso por debajo de los umbrales establecidos por la UE. De ahí que marque umbrales más bajos, además de diferenciar por tipo de fuente de contaminación. Por ejemplo, para el tráfico rodado, la OMS establece que el nivel sonoro durante el día, la tarde y la noche debe estar por debajo de 53 dB, y por debajo de 45 dB para el periodo nocturno.

En España, el tráfico rodado es la principal fuente de contaminación acústica, como muestran los datos de la AEMA. Así, casi cinco millones de españoles están expuestos a niveles de ruido superiores o iguales a los 55 dB que marca la Directiva de Ruido Ambiental de la UE, procedentes de las carreteras. Teniendo en cuenta otras fuentes de contaminación acústica (ferrocarriles, aviación e industria), el número de españoles expuestos a niveles de contaminación acústica por encima de lo establecido supera ampliamente los cinco millones.

“Aunque los datos muestran una mejora, ya que la exposición al ruido ha disminuido en España durante el periodo de 2007 a 2017, es importante seguir trabajando en estrategias de mitigación de la contaminación acústica para proteger la salud pública”, defiende la Dra. Sánchez. Precisamente entre los objetivos del Grupo SEC-FEC Verde destaca, entre otros, participar en estrategias de prevención en salud pública y colaborar en el desarrollo de medias poblaciones y guías de prevención cardiovascular en el campo de los contaminantes ambientales, entre los que se encuentra la contaminación acústica.