Existen una serie de piezas que, aunque pasan desapercibidas, son vitales para el buen funcionamiento de la industria y de ciertas instalaciones. Es el caso, por ejemplo, de los racores industriales.

Se trata de dispositivos que sirven para la unión de tuberías o sistemas de fluidos, pero también son claves en máquinas que trabajan con aire comprimido, agua, aceite o incluso en la industria de gases.

“La importancia de estas piezas está en su capacidad para garantizar la integridad y eficiencia de los sistemas. También contribuyen a la seguridad en el lugar de trabajo, lo que hace de ellos una pieza que hay que revisar y mantener en correctas condiciones” explican desde Neumática Hidráulica Estehyne, especializados en racores y electroválvulas en Bilbao, uno de los centros de producción e industriales más importantes del norte peninsular.

Qué tener en cuenta de estos dispositivos

Es importante apostar por un buen mantenimiento y sustitución ya que pueden dañarse debido a la exposición a condiciones severas como  la corrosión, la presión y el desgaste normal. Los recambios son esenciales para prolongar la vida útil de los equipos y evitar tiempos de inactividad no planificados.

En este campo, la evolución de la tecnología también ha tenido mucho que ver. La forma de fabricación y los materiales han ido evolucionando para dar piezas más duraderas y eficientes.

A medida que las necesidades de la industria evolucionan, los sistemas de fluidos también deben adaptarse. Los recambios permiten a las empresas modificar sus sistemas existentes o agregar nuevas funcionalidades sin necesidad de reemplazar todo el sistema, lo que puede ser costoso.

“Tener recambios disponibles permite a las empresas realizar reparaciones y mantenimiento de manera más rápida y eficiente. Esto ayuda a minimizar los tiempos de inactividad, lo que es crítico en entornos industriales donde la productividad es fundamental” comentan.

En el campo de la seguridad, el garantizar la integridad de los sistemas de fluidos es esencial. Los racores industriales y sus recambios deben cumplir con estándares y regulaciones específicas para garantizar la seguridad de los trabajadores y la integridad de los sistemas y la eficiencia máxima de los conductos que aíslan.

Piezas que, de distintos tamaños y aplicadas a distintas funcionalidades, pasan sin lugar a dudas desapercibidas pero que, por su fiabilidad, hacen que la industria funcione de forma correcta y sin accidentes.