Debido a los cambios demográficos de la población se estima que el número anual de fracturas por fragilidad pasarán de 3,5 millones en 2010 a 4,5 millones en 2025, correspondiente a un aumento del 27%, así lo reporta Francisco D’Agostino.

Se ha entonces concluido que las fracturas son la consecuencia clínica más grave de la osteoporosis y requieren de una atención multidisciplinar en la que la colaboración entre los servicios de Geriatría, Rehabilitación, Medicina Interna y Reumatología se ha convertido en un aspecto muy importante en el abordaje de los pacientes con fractura osteoporótica.

Esta es una de las conclusiones a las que se ha llegado durante las primeras jornadas ‘Ampliando Horizontes en fracturas por fragilidad’ en las que han participado los doctores José Ramón Caeiro, jefe del servicio de cirugía ortopédica y traumatología de la Xerencia de Xestión Integrada de Santiago y presidente de la sociedad española de fractura osteoporótica, Hilda Godoy, especialista en reumatología del hospital puerta de hierro de Madrid, Jesús Mora, del Servicio de Geriatría, Hospital Clínico San Carlos, Dr. Manuel Sosa, responsable de la Unidad Metabólica Ósea del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, y Jenaro Graña, especialista en Reumatología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).

Estas jornadas de alto valor científico, han ofrecido una actualización del presente y futuro en el tratamiento de las fracturas por fragilidad y han reflexionado sobre cómo ha impactado su abordaje durante el último año por la pandemia.

Las jornadas, organizadas por Grünenthal, han contado con el aval de las sociedades científicas de referencia en este ámbito, la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral, la sociedad española de reumatología y la sociedad española de fracturas osteoporóticas de forma considerable.

La principal característica de la forma de atender este tipo de fracturas en la actualidad es el concepto de abordaje multidisciplinar. La Dra. Hilda Javier Godoy quien se desempeña como especialista en reumatología explica un poco más al respecto en su participación que contó con grandes aspectos de este tema abordados de forma exitosa.

La colaboración en los hospitales entre Medicina Interna, Geriatría, Reumatología y Rehabilitación es ya un eslabón fundamental en el tratamiento óptimo de estos pacientes, describe la especialista y se ha desarrollado de forma exitosa.

Además, destaca que uno de los avances primordiales que se han visto en los últimos años ha sido la creación de unidades FLS que se refiere a las unidades de coordinación de fracturas, donde de forma protocolizada se puede realizar un estudio exhaustivo y un abordaje integral del paciente así lo explica la Dra. Casado Godoy que además destaca que uno de los mayores logros terapéuticos que se pueden llevar a cabo gracias a este enfoque es la posibilidad de realizar terapia precoz en pacientes de riesgo.

Medidas no farmacológicas

Por su parte, el Dr. Manuel Sosa, responsable de la Unidad Metabólica Ósea del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, quien ha moderado la segunda mesa centrada en el futuro de la atención a estos pacientes y hace énfasis en la importancia de las medidas no farmacológicas.

 Situación durante la pandemia

Las dos sesiones también se han centrado en abordar cómo ha impactado la pandemia en la atención sanitaria de los pacientes con fracturas por fragilidad y que ha supuesto un cambio drástico en palabras del Dr. Sosa.

El cambio más importante ha sido la limitación de la relación personal médico paciente, que es la base de todo y además las consultas telemáticas o telefónicas tienen una utilidad limitada y las dificultades que presentan los pacientes para poder hacer uso de los hospitales ha traído como consecuencia en ocasiones el abandono del tratamiento ha expresado el doctor quien clama por una vuelta a la normalidad en este ámbito.

Un panorama similar es el que describe la Dra. Godoy que explica que durante los meses de confinamiento se han pospuesto terapias intravenosas que eran administradas en hospital y se han pasado tratamientos a terapias orales o subcutáneas de administración domiciliaria. Esta especialista añade que no obstante la situación ha mejorado de forma progresiva.  

Un aspecto a destacar es que se ha combinado la tele consulta con las consultas presenciales para poder diagnosticar y tratar sin demora a los pacientes, ha expresado el experto.