Aprender un idioma no siempre es sencillo. Aparte de que cada persona tiene distintas capacidades, cuando se trabaja con niños, la atención es vital para conseguir que vayan siguiendo las rutinas y adquiriendo el conocimiento de forma casi natural.
Captar la atención de los niños en una clase de inglés es todo un desafío tal como explican desde English College, una academia especializada en clases de inglés para niños en Coria, donde también buscan conseguir un aprendizaje alejado de cualquier tipo de acento local. Aún así, ellos mismos corroboran que existen varias estrategias efectivas.
Atention, please
- Utilizar materiales visuales: Los niños son muy visuales, por lo que el uso de imágenes, videos y material gráfico puede ser muy efectivo.
- Canciones y juegos: son una excelente manera de hacer que el aprendizaje del inglés sea divertido y casi sin pensarlo. Se hace de manera divertida e intuitiva y van llenando de vocabulario que luego puede usarse en otros contextos.
- Cuentos y libros ilustrados: Leer cuentos y libros suele tener muy buena acogida cuando el profesor se mete en el papel de los personajes y lo hace ameno.
- Participación: teatralizar un apartado en clase y crear conversaciones simples que sean, por ejemplo, disparatadas, puede llegar a ser muy divertido.
- Movimiento: Los niños tienen una capacidad de atención limitada, así que varía las actividades y permite pausas para moverse.
- Uso de tecnología: En la era digital, los alumnos responden bien a aplicaciones y recursos en línea diseñados para aprender inglés de manera divertida y educativa. Utilizar aplicaciones educativas y recursos digitales de calidad puede conseguir que se enganchen y practiquen en su tiempo libre.
Sin duda, el perfil del profesor es muy importante. Adaptarse a las edades, a los contextos y a los gustos de cada generación es la clave para conseguir la atención. No se trata de seguir los métodos más tradicionales que hoy en día prácticamente están obsoletos sino de ser originales y adaptarlos a la actualidad.
Por suerte, los niños tienen una capacidad de aprendizaje muy extensa y, ante los estímulos, responden de una forma más que positiva. Se trata, por tanto, de aprender entreteniéndose.