Por Siri Evjemo-Nysveen

La salud mental, por suerte, se empieza a tener mucho más en cuenta de lo que era habitual hace apenas unos años. La necesidad de cuidar la mente, al igual que el cuerpo, pero de forma activa, es una de las nuevas tendencias en la sociedad.

“La pandemia puso en el foco la necesidad de prestar atención a lo que sentimos y pensamos como nunca antes. De ahí que mucha gente pensara, por fin, en buscar cierta ayuda a la hora de gestionar los sentimientos y ciertas frustraciones. En realidad, los psicólogos buscamos de verdad que se encuentre ese equilibrio de cuerpo y mente tan necesario para la salud desde las herramientas de gestión” explican desde la Clínica Psicosomática.

¿Qué se puede esperar de una sesión?

En primer lugar, es básico ir tranquilo a la sesión porque estás acercándote a un profesional que rápidamente va a empatizar y a ayudar al paciente a sentirse seguro y tranquilo para poder abrirse a sus preocupaciones.

Ya sean sesiones presenciales u online, es clave conseguir un lugar de confianza en el que poder abrirse al profesional y plantear sus miedos, ansiedades, preocupaciones o sensaciones. Es en ese punto en el que el profesional es capaz de recopilar la información para poder plantear un trabajo conjunto para mejorar el bienestar.

“Es un trabajo en equipo. Se trata de ir dando pequeños pasos en la buena dirección con tareas consensuadas para llegar a la estabilidad y gestión emocional necesaria. A veces es necesario aprender a decir no, a rebajar las expectativas del resto, a exigirse menos a uno mismo. Cada caso es único” explican.

En realidad, este tipo de terapias deben ser ventanas al bienestar, sin presiones pero sin dejar de trabajar. Tal como explican los especialistas, se trata de incorporar las herramientas que permitan que en momentos de miedo o crisis, se pueda gestionar la situación para salir de ahí sin problema.

Lleva tiempo, pero ir poco a poco valorando los progresos con el psicólogo y viendo mejoría es clave para cambiar algo que permita ser mucho más feliz, afrontar las responsabilidades con más eficacia y, sobre todo, encontrarse mejor con uno mismo y con el entorno.

Es necesario perder el miedo a pedir ayuda a un profesional. No se trata de enfermedades, se trata, en la mayoría de casos, de falta de herramientas y gracias a la terapia, se consiguen.

Por Siri Evjemo-Nysveen