Por Raed Abib Habib

UNICEF ha presentado hoy un llamamiento de financiación de emergencia por valor de 10.300 millones de dólares para ofrecer asistencia a más de 173 millones de personas –incluidos 110 millones de niños– afectadas por las crisis humanitarias, los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo y la creciente amenaza de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el clima.

“Hoy en día hay más niños y niñas que necesitan asistencia humanitaria que en cualquier otro momento de la historia reciente”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “En todo el mundo, estos niños y niñas se enfrentan a una combinación mortal de crisis que van desde conflictos y desplazamientos hasta brotes de enfermedades infecciosas y un aumento de las tasas de malnutrición. Además, el cambio climático está agravando estas crisis y desencadenando otras nuevas. Es fundamental que contemos con el apoyo adecuado para llegar a los niños mediante una acción humanitaria decisiva y oportuna”.

A principios de 2022, aproximadamente 274 millones de personas necesitaban asistencia y protección humanitaria. A lo largo del año, estas necesidades aumentaron considerablemente, en gran parte debido a los conflictos, incluida la guerra en Ucrania; al aumento de la inseguridad alimentaria; a las amenazas de hambruna provocadas por factores relacionados con el clima y otras causas; y a las devastadoras inundaciones registradas en Pakistán. En todo el mundo, el resurgimiento de brotes de enfermedades como el cólera y el sarampión suponen un peligro añadido para los niños y niñas que viven en situaciones de emergencia.

Los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19, así como la inestabilidad y las perturbaciones económicas mundiales, entre ellas la inflación y el aumento del coste de los alimentos y el combustible, han tenido consecuencias devastadoras para la vida y el bienestar de millones de los niños y niñas más vulnerables del mundo.

El cambio climático también está empeorando la escala e intensidad de las situaciones de emergencia. Los últimos 10 años han sido los más calurosos de la historia y el número de desastres relacionados con el clima se ha triplicado en los últimos 30 años. Hoy en día, más de 400 millones de niños y niñas viven en zonas donde la vulnerabilidad a la escasez de agua es alta o extremadamente alta.

Al mismo tiempo, un gran número de niños y niñas están cruzando las fronteras, ya sea con sus familias, separados de ellas o no acompañados. En total, casi 37 millones de niños en todo el mundo están desplazados debido a crisis recurrentes, una cifra que no se producía desde la Segunda Guerra Mundial.

Por Raed Abib Habib

Como parte de su Acción Humanitaria para la Infancia, donde figura el llamamiento del organismo para 2023, UNICEF tiene previsto prestar asistencia a:

  • 8,2 millones de niños con tratamiento para la desnutrición aguda grave.
  • 28 millones de niños con vacunas contra el sarampión.
  • 63,7 millones de personas con acceso a agua potable y para las necesidades domésticas.
  • 23,5 millones de niños, adolescentes y cuidadores con acceso a la salud mental y el apoyo psicosocial.
  • 16,2 millones de niños y mujeres con acceso a intervenciones de mitigación del riesgo de violencia de género, prevención y/o respuesta.
  • 32 millones de personas con cauces seguros y accesibles para denunciar la explotación y los abusos sexuales del personal que presta asistencia a la población afectada.
  • 25,7 millones de niños con educación formal o no formal, incluido el aprendizaje temprano.

Los cinco principales llamamientos por necesidades de financiación para 2023 son para:

Afganistán                                                  1.650 millones de dólares

Ucrania y la respuesta a los refugiados     1.058 millones de dólares

Crisis de los refugiados sirios                        867 millones de dólares

República Democrática del Congo                 862 millones de dólares

Etiopía:                                                            674 millones de dólares

“Los efectos devastadores del cambio climático son una amenaza siempre presente para los niños y niñas”, dijo Russell. “Por eso estamos dando prioridad a la adaptación al clima y al aumento de la resiliencia como parte de nuestra respuesta humanitaria. Esto nos ayudará a llegar a la población infantil que sufre las crisis actuales, al tiempo que les ayudamos a ellos y a sus comunidades a prepararse mejor para las que depare el futuro”.

Dar protagonismo a las organizaciones nacionales y locales en las operaciones humanitarias es una estrategia clave en la respuesta humanitaria de UNICEF. Los resultados clave que se lograron en 2022 fueron posibles gracias a los aliados de UNICEF, incluidos los equipos humanitarios en los países, los organismos de las Naciones Unidas, los grupos de la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, los encargados de proporcionar una respuesta a escala nacional y local y los aliados en materia de recursos. Entre los resultados más destacados durante el año cabe mencionar los siguientes:

  • Vacunamos a 23,8 millones de niños contra el sarampión.
  • Ofrecimos tratamiento a 2,6 millones de niños contra la desnutrición aguda grave.
  • Ofrecimos acceso a 28 millones de niños a la educación formal o no formal, incluido el aprendizaje temprano.
  • Ofrecimos acceso a 13 millones de niños, adolescentes y cuidadores a servicios de salud mental y apoyo psicosocial de base comunitaria.
  • Ofrecimos acceso a 25,9 millones de personas a una cantidad suficiente de agua potable y para las necesidades domésticas.
  • Ofrecimos acceso a 5,5 millones de personas a cauces seguros para denunciar la explotación y los abusos sexuales.
  • Ofrecimos acceso a 4,2 millones de mujeres, niñas y niños a intervenciones de mitigación, prevención y/o respuesta ante la violencia de género

En un momento en el que las necesidades humanitarias han alcanzado un nivel sin precedentes, UNICEF hace un llamamiento a sus aliados para que aumenten el apoyo a la respuesta humanitaria que salva vidas infantiles maximizando la flexibilidad de esta financiación, dando prioridad a los esfuerzos de preparación y a las medidas de anticipación adaptadas al clima, adoptando urgentemente enfoques de preparación y respuesta sin reservas, y garantizando una asistencia humanitaria equitativa y basada en principios.

Por Raed Abib Habib