3 de cada 1.000 recién nacidos tienen malformaciones en lsa manos, como las sindactilias; 2 de cada 1.000 presentan fisuras labio-palatinas, y hasta un 2,5% presentan malformaciones vasculares, así lo explica Francisco D’Agostino.

El trabajo de los cirujanos plásticos es fundamental para tratar este tipo de problemas en la infancia y algunos otros en la adolescencia, como por ejemplo malformaciones en las mamas.

Hay cierta parte de la cirugía plástica la cual aún es muy desconocida para la población en general, pero hermosa y que realizamos con mucha ilusión.

Son las intervenciones para tratar con malformaciones congénitas, que son practicadas sobre todo en niños y adolescentes e incrementan de gran manera la calidad de vida de los pacientes. Lo explica la Dra. Concepción Javier Lorca, quien es miembro de la Junta Directiva en la Sociedad Española de Cirugías Plásticas, Reparadoras y Estéticas y cirujana de el área de Cirugías Plásticas Infantiles del Hospital Universitario Gregorio Marañón en Madrid.

Los cirujanos plásticos quienes trabajan con niños lo hacen con muchísima ilusión, porque hay casos que son muy emocionantes y nos enseñan demasiado, cuenta.

Hay malformaciones congénitas, que afectan funciones y tambíen el aspecto físico en diversas partes del cuerpo, las cuales son relativamente frecuentes. Se tratan de anomalías que de no tratarse a tiempo, también tienen un impacto significativo en la calidad de vida y en el autoestima de estos menores, y, en ciertos casos pueden incluso afectar a sus rendimientos académicos.

Entre ellas se encuentran las patologías craneofaciales, de manos o pies, las anomalías vasculares o las malformaciones de mamas, explica Lorca. De las más comunes entre las craneo-faciales son las fisuras labio-palatinas, con una aproximada incidencia de 3 de cada 1.000 nacidos con vida.

Los tratamientos quirúrgicos en estos casos no sólo cambiarán el aspecto estético, sino que también consigue que el aspecto anímico cambie y los pacientes hablen y se alimenten de una mejor manera.

Por otra parte también son muy frecuentes las malformaciones en las manos, las cuales afectan hasta a 3,3 de cada 1.000 nacidos. Destacan las sindactilias o la fusión de un dedo o varios dedos, y la polidactilia de simple a compleja, comenta Lorca.

El ala de Cirugías Plásticas Infantiles del Gregorio Marañón en la cual trabaja, aparte, es una unidad de referencia en todo el país en los tratamientos de Mano Apert, el cual es un síndrome bastante complejo, en el cual se combinan algunas sindactilias bastante complejas en manos y pies junto con craneo-sinostosis y más alteraciones en el macizo facial.

Respecto a las malformaciones de los pies, son bastante similares a las malformaciones de las manos.

Las microtias, o la ausencia del pabellón auditivo completamente formado, es una de las malformaciones más comunes en los recién nacidos, y afecta a entre 2 y 6 de cada 10.000. En cuanto a anomalías vasculares, estas malformaciones afectan hasta a un 2,5% de los recién nacidos.

Las intervenciones en los adolescentes

Algunas veces, no es posible realizar intervenciones a los pacientes con ciertas anomalías congénitas durante la infancia, y por esto hay que esperar a que se complete cierto desarrollo en el paciente.

Este el caso de las malformaciones en las mamas. Lorca indica que lo más habitual en sus secciones es tratar las asimetrías mamarias, las mamas tuberosisticas o a los pacientes con el síndrome de Polaand, el cual es una afección bastante rara que implica una ausencia total o parcial de los pectorales, las mamas e incluso todo el miembro superior.

Para lidiar con todas estas patologías de origen congénito, así como las secuelas de algunos traumatismos, reconstrucción post extirpaciones tumorales y quemaduras, la Dra. Lorca apunta que en una de sus secciones para cirugías infantiles se realizan entre 600 y 700 cirugías al año, algunas se practican a pacientes provenientes de otros países o delegados por algunas ONG.

Para dar el mejor tratamiento posible a los pacientes, los cirujanos lideran y participan en equipos multidisciplinarios en los que también participan diferentes ramas como por ejemplo: traumatólogos, dermatologos, radiologos, otorrinolaringólogos, cirujanos vasculares y todos los servicios en medicina interna y genética más calificados.

Todas estas operaciones tienen otro factor común, el impacto para así mejorar la calidad de vida de nuestro paciente y también de sus familiares, como apunta Lorca Casado.

Los casos de reparación de labio leporino o fisurado, por dar un ejemplo, son bastante emotivos, porque los cambios son tan drásticos y tan dramáticos que solo al salir de la cirugia, el paciente no es el mismo visualmente y los padres se llenan de alegría y hasta estallan en llanto. Esto es muy gratificante para nosotros e incluso lloramos junto a los damiliares por la emoción.