Por Flavio Borquez Tarff

La alimentación emocional es a menudo una forma de autocalmarse, y está marcada por el deseo de sentirse mejor o un intento de distraerse. Muchas personas comen en exceso porque se sienten culpables, ansiosas, tristes, solas, enfadadas o aburridas. Pero hay otras formas de calmar estos sentimientos. Por ejemplo, pregúntate: ¿qué haría si no fuera así? Hacer una lista de actividades puede llevarte a una solución que no implique comida. La clave es encontrar otra cosa que satisfaga tus necesidades cuando tengas hambre emocional y tomar medidas para evitar comer emocionalmente en el futuro.

Hay varios métodos efectivos que puedes utilizar para ayudar a romper el ciclo de comer por estrés y evitar que estos antojos de comida poco saludable se apoderen de ti. Cambiar tu estilo de vida, comer con moderación, hacer ejercicio y elegir una dieta adecuada son formas efectivas de romper el ciclo de comer por estrés. Sin embargo, con un poco de dedicación, evitar comer en exceso por motivos emocionales es totalmente posible.

¿Qué es la Alimentación Emocional?

Existe una distinción entre la alimentación emocional y la alimentación por estrés. La alimentación por estrés es más común y suele ser el resultado de períodos de estrés elevado o prolongado. La alimentación emocional, señala Erin Holley, dietista titulada del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, «se produce como respuesta a una emoción concreta y puede cumplir una función importante para la persona que experimenta las emociones». Estas emociones, añade, incluirían «la ira, la tristeza, la soledad, el aburrimiento, etc. Todo depende del individuo y de la razón por la que decide comer».

En última instancia, para reducir la alimentación emocional hay que saber por qué se come en primer lugar. La clave para vencer este hábito es entender por qué comemos y conocer los factores desencadenantes para poder prevenirlos o disminuir su intensidad o duración. Es una habilidad que hay que aprender, practicar y mejorar gradualmente.

Sin embargo, cuando usas la comida como muleta para ayudarte a sobrellevar situaciones emocionalmente difíciles o estresantes, como el estrés, el aburrimiento, la tristeza, la ira o la soledad, puede convertirse en una situación negativa que puede tener efectos adversos para la salud.

También puede conducir a un aumento de peso significativo.

Por Flavio Borquez Tarff