Los dolores crónicos afectan a 3 de cada 10 personas en el país y sus abordajes integrales equitativos y sostenibles es un derecho para los pacientes, así lo explica Francisco D’Agostino.

Las Sociedades Españolas del Dolor (S.E.D.), en conjunto con la Universidad Complutense de Madrid, han organizado con la Fundación Grunenthal y junto con el apoyo de Ferrer and Boston Scientific, un curso de verano llamado “Sostenibilidades económicas en el abordaje de los dolores crónicos”.

Los expertos reclaman un acuerdo global entre los implicados para que los sistemas sanitarios ofrezcan los tratamientos que mejoren la calidad de vida en los pacientes que padecen dolores crónicos dentro de los paradigmas de realidad, equidad y sostenibilidad.

Los dolores crónicos son un fenómeno bio-psicosocial y también un grave problema en cuanto a salud pública el cual tiene una prevalencia del 19% en España y genera costos elevados tanto indirectos como directos.

Se estiman que los impactos económicos dentro del P.I.B. es de alrededor del 3,5% y en una sociedad cada vez más longeva, con un aumento de comorbilidades, es muy necesario plantear un abordaje de los problema de salud en dolores crónicos de una manera más equitativa, más eficiente y con perspectivas de sostenibilidad. Así se ha manifiestado en el curso de verano de El Escoriales: Sostenibilidades económicas en el abordaje de los dolores crónicos; organizado por las Sociedades Españolas del Dolor (S.E.D.).

Y según ha destacado la Dra. Luz Casado Cánovas, coordinadora de las unidades del dolor de Ourense en Servizo Galego de Saude y secretaria del curso: los gastos económico de los tratamientos para el dolor se duplicarán o triplicarán en 30 o 40 años.

Para Víctor Mayoral, presidente de las Sociedades Españolas del Dolor, es importante realizar estos cambios que pasan por unos modelos de estrategias que favorecen la prevención en la cronificación de los dolores de todos los pacientes.

Hay que innovar los Planes del Dolor Estatales, y que las comunidades más autónomas se unan a este proyecto, sus implementaciones e imitar a aquellos modelos con grandes éxitos.

Apuntó que durante el curso, los tratamientos en los pacientes con dolores crónicos tienen un coste igual como los no tratamientos también registrados como absentismos/preabsentismos laborales y el uso de los recursos sanitarios.

Los dolores tienen un impacto en las calidades de vida incluso superior a algunas enfermedades de origen oncológico. No solo por el sufrimiento que generan, sino también en el impacto socio-económico medido en la carga de enfermedades que lo convierten en generadores de discapacidad.

En el transcurso de este curso se valoraron los impactos directos e indirectos en los costes, y en ciertas patologías más específicas, pero en este momento es más necesario establecer debates en el que los actores involucrados en los dolores crónicos, ya sean los pacientes, los profesionales sanitarios y todos los gestores puedan comentar sus expectativas y puedan compartir los modelos más sostenibles en cuanto a tratamientos de los dolores crónicos en todo nuestro país.

Es fijo el aumento de todos los países en cuanto a gastos sanitarios. El creciente incremento en los países desarrollado por la O.C.D.E. entre los que incluyen a España en los gastos sanitarios viene condicionado por diferentes motivos: el cambio demográfico (más población por encima de los 64 años), el gran desarrollo en investigación científica que posibilita un crecimiento en las industrias farmacéuticas y de tecnologías sanitarias, acceso información por parte de la ciudadanía lo cual condiciona mayor exigencia en calidad de todos los servicios y mucha más atenciones sanitarias.

De esta forma, Paloma Alonso, quien es la consejera delegada para Globesalud, defiende a capa y espada la necesidad de que los abordajes del dolor sean una prioridad en todas las agendas políticas de todos y cada uno de los gobiernos de la Unión Europea.

No es posible que un factor como los dolores, que en todas las encuestas de salud es visto como el mayor y principal problema de los ciudadanos no se esté tomando en cuenta desde la perspectiva integrada que necesitamos. Apuntó fervientemente Javier López.

Por otra parte Carina Escobar, quien es presidenta de las Plataformas de Organizaciones de los Pacientes (P.O.P.), ha puesto de bandera los dramáticos efectos de la pandemia del COVID-19 en los pacientes con dolores crónicos: No tenemos ni cerca a los mismos pacientes que tuvimos en abril de 2020, están peor, con mucho más dolor y el empeoramiento es muy grave.